La Diputació hará una acera entre la Ciutat Residencial y la Llarga

La Diputació de Tarragona construirá una acera en el tramo de carretera de su propiedad localizado entre la Ciutat Residencial –cómo popularmente se conoce la Ciutat de Repòs i Vacances– y la playa Llarga –zona del Club Marítim. Este compromiso forma parte del acuerdo al cual han llegado las dos administraciones y que implica que el ente provincial procederá a hacer efectivo el traspaso al Ayuntamiento de las carreteras de su propiedad que se encuentran en el interior del término municipal de Tarragona.

El acuerdo, aprobado por el pleno del Ayuntamiento celebrado el jueves de la pasada semana, afecta en tramos de carreteras situados entre els Pallaresos y Tarragona –carretera de Santes Creus– y el barrio de Sant Salvador, travesías situadas en Sant Pere i Sant Pau y Rodolat del Moro, el citado acceso a la playa Llarga desde la N–340 y un sector de la carretera que une la ciudad con el Faro de Salou.

El concejal de Territorio, Josep Maria Milà, informó esta redacción de que el objetivo que se persigue con esta operación es que la mayor parte de los citados tramos de carreteras pasen a convertirse «en calles de la ciudad». De hecho, en algunos de los casos ya cumplen esta función urbanística. Milà dijo que hacer un traspaso de propiedad de estas características «no es fácil» y anunció que «la Diputació hará unas obras mínimas por dejar las carreteras en buenas condiciones antes de proceder a hacer el traspaso definitivo».

Milà destacó que la construcción de una acera entre la Ciutat Residencial y la playa Llarga es una obra necesaria «por motivos de seguridad». En la actualidad, las personas que acuden a la Llarga a pie, en muchos casos cargadas con utensilios de playa, chocan con el inconveniente que supone la presencia de coches que se dirigen al mismo destino.

Carreteras de Fomento

Más complicado será llegar a un acuerdo para el traspaso de carreteras propiedad del Estado y que gestiona el Ministerio de Fomento. El Ayuntamiento trabaja desde hace años para conseguir este objetivo con respecto a las carreteras de Barcelona, Valencia y Valls. Milà afirmó que «Fomento nos las daría mañana mismo, pero hay que pactar las condiciones del traspaso» porque, después, el Ayuntamiento tendrá que hacerse cargo «del mantenimiento», un capítulo que tiene un importante coste económico. El número de kilómetros que sería traspasado es de catorce.

La operación se tiene que hacer, aunque no hay ningún calendario a corto plazo, porque es imprescindible para mejorar la conexión del centro de la ciudad con los barrios de Ponent, convirtiendo l'N-340 en una avenida, así como transformar el tramo de l'N-240 hasta Sant Salvador en una vía urbana y la carretera de Barcelona hasta Tamarit. Milà remarcó que «estamos trabajando y pienso que conseguiremos el traspaso en buenas condiciones». La transformación de estas carreteras en vías urbanas es una larga reivindicación de que hacen a las organizaciones vecinales de varios puntos del término municipal, especialmente las de los barrios de Ponent y de Sant Salvador, que desde el punto de vista viario se sienten alejadas del centro de Tarragona. Una de las demandas hace referencia a la posibilidad de poder desplazarse a pie por aceras.