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Los remeros del Nàutic piden el urgente dragado del río Francolí

El Port tiene previsto hacerlo y está pendiente de recibir la autorización ambiental de la Generalitat

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La presencia de lodo y la acumulación de desperdicios en el tramo final del Francolí, donde tiene la sede la sección de remo del Club Nàutic, hace que las personas que entrenan este deporte dependan del curso de las mareas para poder practicar con los botes. Alejandro Demiddi, entrenador de la sección desde el año 2005 y de la selección española juvenil, ha informado a esta redacción que «es urgente el dragado del río, porque cuando la marea baja no podemos entrenar y los lodos llegan hasta el embarcadero». «Además –añadió– corremos el riesgo de que se rompan los botes, que están valorados entre 5.000 y 7.000 euros, a causa de la poca profundidad –a veces medio metro– que hay muchos días, en los cuales no pueden salir a entrenar».

Demiddi informó que «el Port tiene un proyecto, con su presupuesto, para dragar este tramo del río, pero a nosotros nos urge que lo haga porque tenemos equipos competitivos, ya que el nuestro está entre los cinco mejores clubs de España, y tenemos cerca de doscientos practicantes de todas las edades». Otra consecuencia negativa, empeorada por la poca cantidad de agua que baja por el Francolí, es el mal olor.

La Autoritat Portuària de Tarragona informó ayer de que tiene previsto realizar el dragado de esta zona de la desembocadura del río Francolí durante este año 2018. Para poder llevarlo a cabo, es necesaria una autorización medio ambiental de la Generalitat de Catalunya, «autorización que, en estos momentos, se está tramitando», indicó.

El Port subrayó que, «una vez tengamos el visto bueno medio ambiental correspondiente, la APT tiene previsto iniciar inmediatamente los trabajos de dragado, que tienen como objetivo la retirada del material acumulado en el cauce del río en aquella zona y rebajar el nivel entre 1 y 1,5 metros». El Port ya tiene una partida presupuestaria reservada de 300.000 euros para estas tareas de dragado.

Demiddi comentó que los remeros que entrenan en el tramo final del río se encuentran todo tipo de objetos que pueden estropear las embarcaciones, «las partió de un golpe porque son muy frágiles», como pueden ser carros de supermercado que la gente tira al río. Por otra parte, sugirió que quedaría bien arreglar al margen derecho, donde hay un camino, y hacer una especie de paseo donde la gente pudiera ir a caminar o en bicicleta y, de paso, ver cómo entrenamos.

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