Anna Riu Ribera: De Tarragona a Biberach an Der Riss (Alemania)
«Sólo una persona me ha mirado mal para no hablar inglés»
La peluquera cambrilense se marchó a Alemania y no tiene previsto volver a su casa «si las cosas no cambian mucho» en el país
–¿Cómo ha sido su trayectoria profesional hasta ahora?
–Ha sido muy satisfactoria. Empecé a trabajar de peluquera con 15 años, a los 21 años abrí mi primera peluquería en Cambrils y a los 28 años abrí la segunda peluquería en el centro de Barcelona.
–¿Qué motivos la llevaron a marcharse de casa para ir a vivir al extranjero?
–Cambié de residencia porque mi marido acabó el doctorado en Bioinformática en Barcelona y el trabajo que le ofrecían aquí era muy lamentable. Entonces, empezamos a mirar fuera de Cataluña y le salieron trabajos muy buenos por toda Europa. Por suerte, pudimos escoger la destinación y en septiembre del 2014 nos marchamos a Cambridge (Inglaterra). Vivimos allí durante casi dos años y medio. Yo, durante este tiempo, hacía el trayecto Barcelona-Cambrils-Cambridge y pasaba 15 días trabajando en las peluquerías y los otros 15 días estaba en casa con mi marido. Después, le salió un muy buen trabajo en Biberach (Alemania). Justamente, se había producido el Brèxit, así que decidimos marcharnos a Alemania. Yo, al hacer este cambio, decidí vender la peluquería de Barcelona porque me llevaba mucho trabajo y era bastante estresante para mí hacer tantos viajes. Por suerte, desde que lo decidí hasta que la vendí pasó muy poquito tiempo. Si no recuerdo mal, en seis meses ya la había vendido. La peluquería de Cambrils la sigo llevando yo desde Alemania. Es una peluquería chiquitina, muy familiar y la chica encargada que tengo es de total confianza, así que estoy muy tranquila ahora.
–¿Fue muy sorprendente el cambio o fue, más o menos, tal como se lo había imaginado?
–Fue mucho mejor de lo que imaginaba. Tan pronto como llegué a Cambridge, fui a ver un Club de Atletismo (ya que me encanta correr) y, enseguida, me encontré como casa. Yo no hablaba mucho inglés, pero sorprendentemente la gente me ayudó mucho con el idioma. De hecho, sólo me encontré un día a una persona que me miró mal al ver que no hablaba inglés.
–¿Cuáles son los lugares más característicos de su nueva ciudad de acogida?
–Tenemos muy cerca la Selva Negra. También hay Ulm, Stuttgart, los Alpes y muchos pueblecitos pequeños muy bonitos para ir a ver y pasear.
–En estos momentos en que las cifras de paro en España no paran de crecer, ¿cree que el país donde vive actualmente es un buen lugar para que los más jóvenes puedan buscar y encontrar trabajo?
–Y tanto, sin duda. Creo que los jóvenes tendrían que salir y vivir la experiencia que te ofrece estar fuera de tu país, es muy enriquecedor en todos los sentidos. La actual situación económica de nuestro país ha hecho que se acentuara esta tendencia, pero creo que aunque no existiera esta situación se tendría que hacer igualmente. ¿Sabías que en Alemania en todas las carreras y oficios te recomiendan pasar un tiempo fuera? ¿Y cuenta para subir la nota? Además, te pagan como si estuvieras trabajando. Ellos te buscan el sitio, y al cabo de un tiempo vuelves a Alemania.
–¿Desde que llegó ha vivido o le ha pasado algo curioso de que no se hubiera imaginado nunca?
–Una anécdota que nunca hubiera imaginado que se me pasaría fue tener que vivir durante cinco meses en un hotel. Fue porque Biberach es un pueblecito muy pequeño en el sur de Alemania y no hay casas ni pisos libres, así que los primeros 5 meses de estar allí estuvimos alojados en un hotel hasta que no encontramos casa.
–¿Qué es lo que más echa de menos de casa?
–La familia y el pescado fresco de Cambrils.
–¿Tiene intención de volver pronto?
–No tenemos ninguna intención de volver, tendrían que cambiar mucho las cosas en este país.