El juicio al Rey y la Concubina tiene como protagonistas los Juegos, el Proceso y el ocio nocturno

La Antigua Audiencia de Tarragona, llena a tope, ha sido testigo del juicio al Rey Carnaval y la Concubina. Héctor López y Yulán Serrano se han enfrentado a un jurado de categoría y no han podido hacer nada para evitar el mismo final que habían tenido sus antecesores. Y es que cuando uno comete un delito, o se descontrola, después lo tiene que pagar... La sátira ha sido la protagonista durante todo el espectáculo, que ha simulado un programa de televisión donde diferentes testigos tenían que sorprender al jurado para conseguir la salvación de Rey y Concubina. La Colla la Bóta, entidad organizadora, ha transformado los miembros de su agrupación en el alcalde Ballesteros y la concejala Elvira Ferrando –protagonistas del show-, en el exconcejal de Cultura Josep Maria Prats e incluso Oriol Junqueras.

Aunque el contexto político nacional ha sido el punto fuerte, la política local también ha tenido protagonismo. Así pues, los Juegos Mediterráneos, el Mercado Central o el ocio nocturno de la ciudad han sido objeto de críticas y chistes. «Pero si nosotros hacemos todo lo posible para mejorar el ocio nocturno tarraconense», ha exclamado el falso Ballesteros, entre sonrisas, después de la aparición de un «propietario de local de ocio nocturno» que ha preferido mantenerse en el anonimato porque «si no, el Ayuntamiento me empezará a multar».

Y martes, la traca final

El Carnaval tarraconense acabará el martes después de una semana de desenfreno. A las nueve menos cuarto, las comparsas se concentrarán, de luto, en la plaza de las Coles. Allí contarán con la compañía de los elementos de fuego, que devuelven en el recorrido del entierro después de haber dejado de hacerlo durante algunos años. En la plaza de la Fuente, a las diez de la noche, se hará efectiva la crema del Ninot, la Ninota y la Bóta, encendidos por los Cremallers. Después, se leerá el veredicto del concurso de comparsas y se entregarán los galardones correspondientes. Todo, antes de que las campanas de la Catedral entonen el Toque de Cuaresma.