Camiones llenos vierten desperdicios al polígono que une Gabarras y la Floresta
Los vecinos aseguran que se trata de una situación que hace años que dura y no se soluciona y que la práctica ha convertido el espacio en un «auténtico vertedero»
El polígono ubicado entre el barrio de la Floresta y el centro comercial de las Gavarres se ha convertido en un vertedero. Así lo demuestran las imágenes y así lo aseguran los vecinos de este barrio, que ven cómo esta situación se alarga desde hace años y se agrava con el paso del tiempo. Según relatan varios testigos, la basura es transportada con camiones o furgonetas, que llegan a la zona para vaciar la carga. De hecho, tanto la agrupación vecinal de la Floresta como las de los barrios de la Albada y Parque Riuclar, han denunciado la situación al Ayuntamiento de Tarragona. «De vez en cuando vienen a limpiar, pero cada semana se acumulan kilos y kilos de escombros y basura», expresaba Miguel Ángel Cruz, presidente de la Asociación de Vecinos de la Floresta.
La problemática empezó hace años y nunca se ha llegado a solucionar. Así lo aseguraba Cruz, quien añadía que «hemos propuesto al consistorio que coloque bloques de hormigón para evitar la entrada de los camiones que tiran la basura ilegalmente». El polígono transformado en vertedero, sin embargo, no es de titularidad municipal. «El Ayuntamiento utiliza esta excusa, pero los vecinos estamos hartos de la situación», decía Cruz. El espacio donde se acumula la suciedad une el barrio de la Floresta con el centro comercial de las Gavarres, y son muchos los vecinos que se acercan a la zona, durante los fines de semana, para pasear o hacer deporte. «Yo paso cada semana y me doy cuenta de que la suciedad se multiplica, cada vez hay más», manifestaba el presidente.
Sin embargo, aparte de ser un problema medioambiental y de imagen, los desperdicios abocados ilegalmente en este punto preocupan al vecindario porque «durante el verano hubo varios incendios en estos terrenos, y tenemos miedo de que eso se repita y pueda ser peor», lamentaba Cruz. Además, los escombros y la basura pueden ser un peligro para los perros de los vecinos que se acercan al espacio. «No podemos estar tranquilos», cerraba al presidente de la entidad vecinal.