En recuerdo a la muerte de Carol: «Disculpa por la inhumanidad de todos los humanos»

Remover conciencias. Reflexionar sobre el derecho a un techo. Homenajear a Carolina. Pero, por encima de todo, hacer un ejercicio de autocrítica sobre el comportamiento de la sociedad con los «invisibles», aquellas personas que muchos hacen ver que no están, pero que permanecen en las calles de la ciudad. Estos son los objetivos que han traído hoy además de una cincuentena de personas ante los números 58-60 de la Rambla Nova de Tarragona, lugar donde murió Carolina hace tres semanas.

Han sido muchas las personas que han decidido coger el micrófono y dedicar unas palabras a Carol, tarraconense de 44 años que el pasado 9 de febrero murió en una sucursal bancaria de la Rambla Nova. Allí, acostumbraba a pedir ayuda para sobrevivir, mientras la sociedad se la miraba desafiante, tal como ella misma aseguraba el año 2016, cuándo llegó por primera vez a las calles de la ciudad. «La Carol murió como un perro, sola y a la calle», ha exclamado uno de los primeros ciudadanos que ha cogido el micrófono para recordarla. El mismo, ha sentenciado que «nosotros, la sociedad, también somos culpables de esta muerte». «Honremos a una persona que murió aquí, porque si no lo hacemos ahora, ¿cuándo lo haremos? ¿Cuándo haya cincuenta muertos más»?, ha acabado preguntándose entre los aplausos de los asistentes.

Los poemas también han hecho acto de presencia durante el acto de homenaje. «Descansa en paz, Carol. Tu infierno se ha acabado. Perdona, por favor, en esta ciudad que, con el olvido, te ha condenado. ¿Cuántas plazas tendríamos que haber abarrotado? ¿Cuántos ayuntamientos tendríamos que haber asediado? La humanidad es pobre, Carol. En tiempo y generosidad». Así empezaba una obra que ha puesto la carne de gallina a los asistentes. Su autora ha preferido mantenerse en el anonimato, pero los aplausos del público han demostrado la importancia del texto.

Las críticas al capitalismo también han aparecido en un acto que se ha caracterizado por la solemnidad y el silencio incómodo, propio de una culpabilidad que la sociedad ha empezado a asumir. «La muerte de Carolina a todos nos señala y en todos nos condena», ha asegurado otro de los tarraconenses que ha querido rendir homenaje a la sin hogar. El mismo ha criticado los valores de la «cultura occidental» y una sociedad que «no tiene valores y, como tal, acabará extinguiéndose».

El próximo 22 de marzo, los números 58-60 de la Rambla volverán a ser un punto de encuentro para recordar a Carol y a todas las personas que viven en las calles. «Que la fuerza que nos ha traído aquí no se detenga», ha acabado diciendo Amadeu López, uno de los organizadores.