Baile
Jóvenes tarraconenses prueban suerte al casting de televisión de 'Fama, a bailar'
Tenían que improvisar 3 minutos de baile de diferentes estilos musicales delante del jurado del programa
Vuelve a la televisión un programa que marcó a un importante número de jóvenes entre los años 2008 y 2011. Se trata de ‘Fama, a bailar’, el espacio de telerealidad donde un grupo de bailarines, encerrados en una academia, se forman los siete días de la semana, y luchan por convertirse en los mejores. El anhelado retorno ha congregado a centenares de personas a los castings presenciales que se han organizado por todo el Estado. Este miércoles fue el turno de Barcelona, donde desde las nueve y media de la mañana, cerca de 520 chicos y chicas esperaban pacientemente, en la calle Cristóbal Moura, el instante para mostrar al jurado (formado por los profesores de la academia) su arte, soñando al poder exhibirlo a partir del próximo mes de marzo en el canal #0 de Movistar+.
Algunos de ellos procedían de las comarcas tarraconenses, como Carlos Artacho de 19 años. «No sólo en Barcelona saben bailar o dar juego. Venimos a demostrar que Tarragona también puede hacer un buen papel», apuntó el joven, quien estaba acompañado por su madre y su hermana. «No hemos podido dormir mucho por los nervios, a las cinco ya estábamos levantadas... Estamos muy emocionadas, yo siempre le digo que tiene que perseguir sus sueños», comentaba la progenitora, Pilar Bautista. En la cola, muy cerca, se encontraba Evelyn Moreno, una chica del barrio de Bonavista de 24 años, quien se las ingenió para conseguir que sus hermanos y su prima dejaran por un día sus obligaciones aparte y la acompañara a la Ciudad Condal. Ella no podía esconder los nervios: «Desde que me he levantado ya he tenido que ir dos veces al lavabo, y creo que ahora tengo que volver», explicaba entre carcajadas. Su naturalidad y simpatía, según definían sus hermanos, Ana y Manuel, eran los puntos fuertes de la joven (además del baile, por descontado) para poder entrar al programa. «Llevo el baile en la sangre como quien dice. Mis padres tenían un restaurante en el polígono, donde había una sala para hacer espectáculos de Tango, y yo recuerdo estar mirándo de pequeña, y bailar», recordaba a la joven.
Àvia, llévame a ‘Fama’»
De entre tantos jóvenes, emergía una mujer con unas cuantas primaveras más, era Maria Martínez de Torredembarra, quien acompañaba a su nieta de 18 años, Olga Velardiez, a la preselección. «Su madre no podía, así que he venido yo con ella en tren, ya que bailar es lo que a ella le gusta», comentaba.
Hasta la hora de entrar, los chicos y chicas compartían reflexiones y dudas sobre la primera prueba de selección, donde tenían que improvisar individualmente, en grupos de 20 personas, tres minutos de baile con diferentes músicas que el programa decidía. «No las tengo todas conmigo, porque yo soy más de prepararme coreografías, pero aquí me dejaré llevar por la música», explicaba en el resto, Sara Teruel, una chica de 25 años de Torres Jordi de Tarragona.
«No buscamos perfiles concretos»
Dentro del espacioso local Utopía 126 los esperaban los profesores del programa, el equipo de redacción y realización, las cámaras, los focos... Un entorno «impactante», definía Evelyn Moreno, con el número de dorsal ya en el pecho. Capitaneando el casting se encontraba Marta Moure, quien apuntó a Diari Més que buscaban personas con talento, ganas de trabajar y, especialmente, personalidad, «que es la guinda del pastel». La experimentada profesional rechazaba de lleno marcarse unos perfiles concretos a encontrar durante la selección: Si lo haces, no te dejas sorprender, estás encasillado y este es un trabajo más de piel. Queremos ver qué recibimos y lo que sentimos con esta gente cuando la veamos», resumía. De hecho, dos de las profesoras de la nueva edición del concurso, Carla Cervantes y Sandra Egido, remarcaban en este diario la importancia de saber transmitir, cuando se acude a un casting: «No están acostumbrados a verse delante de unas personas que los tienen que juzgar, y vemos mucho nivel, pero cabe adentro. Queremos que lo proyecten hacia fuera, que nos intenten cautivar y enamorar», desgranaban.
Desgraciadamente, ninguno de los tarraconenses entrevistados por este rotativo pudo pasar de ronda, pero salieron con un buen regusto y una experiencia más para contar. El momento de las eliminaciones se vivió con alta intensidad: una de las integrantes del programa recitó los números de dorsal de algunos concursantes, enmudeciendo acto seguido unos segundos para crear incertidumbre y confirmando finalmente que eran los seleccionados. «Al resto, gracias para venir,» cerró. En la sala, donde había más de 200 jóvenes, se soltó un huracán de emociones, donde se conjugaba la felicidad de unos con la decepción de otros.