Reivindicación
«Voy a buscar a mi hija a Pere Martell por miedo a qué entre sola al Serrallo»
Algunos vecinos no dejan pasar a sus hijos por la calle Sant Andreu, donde hay ocupas, por la inseguridad que se ha instalado en el barrio
«Vivimos con miedo». Esta frase se siente cada vez con más fuerza en el Serrallo. La ocupación de viviendas, la venta de drogas y las disputas que a menudo se producen en las calles del barrio, con presencia de armas blancas incluida, han generado una inseguridad creciente que se ha convertido en el comentario más habitual entre los vecinos. «Tenemos la sensación de no poder hacer nada con tranquilidad, incluso un hecho tan sencillo como bajar a pasear el perro», dijo ayer un vecino de la calle Espinac, quién añadió que «cuando viene una ambulancia al barrio, los niños pequeños lo relacionan con el hecho de que haya pasado algo grave». «Tengo prohibido mi hija que pase por la calle Sant Andreu –el foco mayor de inseguridad– y la hago salir del barrio para el paseo», dijo, para apuntar que, «de hecho, eso lo hacen casi todos los padres».
A pesar de la situación que vive el barrio desde hace tiempo, que ha llevado a la asociación de vecinos a recoger más de un millar de firmas, el secretario de la entidad, Justo Velilla, comentó que la presencia de fuerzas de seguridad «es habitual, hacen su trabajo y estamos contentos por la labor que llevan a cabo». Por su parte, la tesorera, Ingrid Martínez, apuntó que «la policía tiene las manos atadas y el problema para solucionar la situación de inseguridad se encuentra más arriba». Según su opinión, «se tendría que revisar la ley para poder echar aquellos ocupas de pisos que son molestos».
La asociación estima que en el barrio hay cerca de veinticinco viviendas ocupadas, de las cuales una docena se concentran en el número 2 de la calle Sant Andreu y muchos son propiedad de entidades bancarias, «que tendrían que poner denuncias y hacer alo», comentó a la tesorera.
Una vecina explicó a esta redacción que, «por culpa de los ocupas, no podemos hacer una vida normal», y relató la agresión de que fue objeto una persona de ochenta años cuándo se encontraba en su casa, hecho que fue denunciado ante el juzgado. Un caso que informa de la situación de inseguridad que vive el barrio lo describió una madre. «A mi hija la voy a buscar a la gasolinera –en la calle Pere Martell-, porque no quiero que entre sola en el Serrallo, un barrio sin ley, sobre todo por la noche».
Los representantes de la asociación de vecinos remarcaron que las molestias resultantes del comportamiento de determinadas personas que residen en el Serrallo, especialmente las que ocupan pisos y las que se dedican a traficar con drogas, inciden de manera negativa en las personas, pero también en los negocios. «Hay restaurantes que, por la mañana, se encuentran los cristales rotos, y tampoco es agradable para los clientes ver que en el exterior, en la calle, se está produciendo una pelea», dijo Velilla. El secretario de la asociación recordó que «hace años se vivió una situación similar en la Parte Alta, y ahora este barrio está muy bien y tiene mucha vida. Queremos que le pase lo mismo al Serrallo, una zona donde hay muchas entidades y se hacen muchas actividades culturales, que podría estar muy bien».
Una vecina de la calle Sant Andreu hace cuatro años que comparte edificio con ocupas. «Vivos con miedo y hay momentos en que la inseguridad se apodera de la zona». Esta situación llega al extremo que «aprovecho para salir de casa cuando no oigo ningún ruido». «Por culpa de los ocupas, no puedo hacer una vida normal», subrayó esta vecina que sueña con que la situación varíe cuanto antes mejor.
Moción municipal
El pleno del Ayuntamiento, celebrado ayer, aprobó por unanimidad una moción en la cual se abordó la problemática en la cual está inmerso el Serrallo. Velilla informó al respecto de que, esta, fue fruto «de una mesa redonda que mantuvimos con los partidos de la oposición, a petición de ellos, y a la que también estaban invitados el PSC y el PP, que excusaron su asistencia». La asociación de vecinos pide la realización de un plan integral urbanístico para acabar con viejas reivindicaciones, como el soterramiento del cableado, y de otras nuevas como «hacer para peatones las calles interiores del barrio, con lo cual tendrían una nueva vida, ya que las personas que nos visitan no pasan del paseo». En este punto, Martínez comentó que «el sábado de la pasada semana vinieron los Bomberos para sofocar el fuego que se originó porque rompió el cableado eléctrico».
La reforma urbanística del barrio «es necesaria», apuntó a Velilla, quien agradeció «el esfuerzo que hace el Puerto, pero no todo tiene que recaer en él». «El Ayuntamiento tendría que aprovechar más el potencial que tiene el Serrallo y no permitir que un cinco por ciento de las personas que viven allí contaminen en el resto del barrio». El secretario de la asociación afirmó que «no vemos una solución a corto plazo, pero si en un futuro si se ejecuta un plan integral de mejoras». «Los vecinos quieren movilizarse, quieren hacer cosas, pero nosotros pensamos que se tienen que ir abriendo puertas, no cerrarlas», remarcó.