El Aquelarre cierra con mucha gente y ventas por debajo del esperado
Algunos profesionales afirman que «hay poca alegría» entre las personas que visitan la feria
La meteorología dominante este fin de semana no ha acompañado y la Feria Aquelarre y Mercado Mágico lo han notado, aunque la presencia de asistentes ha sido notable. Esta sensación es la que se ha desprendido de los comentarios que han hecho a esta redacción algunos de los profesionales que han montado sus puntos de venta, después de que a primera hora de la mañana de hoy cayera un chaparrón.
El pla de la Seu y la calle de las Cocas han sido el centro neurálgico de una propuesta que ha mezclado ambientación medieval con el típico mercadet donde se pueden encontrar productos como embutidos, quesos y pan. Incluso, entre las paradas|puestos había la de un escritor, Jordi Villalobos, quien ha puesto en venta La invasión de las sombras, el primer libro de una trilogía ambientada en un periodo medieval idealizado. «No soy demasiado conocido en las librerías y aprovecho ferias como esta para promocionar y vender el libro». Villalobos, de l'Hospitalet de Llobregat, forma parte de un grupo de escritores que «hemos creado la primera cooperativa de España dedicada a la edición de libros». Villalobos no estuvo presente en el mercado el viernes, pero si lo hizo el sábado, «jornada que me fue bastante bien».
Maria Fernández, de Olot, es uno habitual de los mercadets medievales que se organizan en Tarragona. Fernández se ha especializado en productos relacionados con el regaliz. «Esta feria siempre nos ha ido bien, pero este año la cosa ha sido floja a causa de la lluvia», dijo.
Entre paradas donde se podían comprar churros o un bar dedicado productos cárnicos hechos a la brasa, también las había de bisutería, plantas aromáticas o matriusques y, también, talleres de quiromancia. En un punto de venta especializado en productos elaborados con madera de olivo y acebo se encontraba Jesús Horta, proveniente de Cascante (Navarra), quien ha dicho que «detecto cierta tristeza en la gente, que pasa por delante de las paradas|puestos pero no se la ve demasiado interesada.» De una opinión similar es la opinión de Miguel Ángel Rodríguez, vendedor de ambientadores naturales y velas de olores. «La afluencia de gente es buena, pero las ventas son flojas». Rodríguez ha dicho que «la meteorología influye, es cierto, pero notamos poca alegría en la gente, un fenómeno que también lo apreciamos en ciudades como Alicante o Valencia».
Quien mejor se lo ha pasado han sido los niños, que han podido familiarizarse con sitios típicos del periodo medieval y participar en varios talleres.