Patrimonio
Las gradas metálicas del Circo romano generan controversia y críticas
La mayor parte de los grupos políticos de la oposición las rechazan, C's da apoyo y la Arqueológica y el investigador Josep Maria Macias no están de acuerdo
La instalación de gradas metálicas que cubrirán un amplio sector del tramo del Circo romano de Sedassos ha sido rechazada por la mayor parte de los partidos de la oposición al Ayuntamiento de Tarragona, a excepción de Ciudadanos y, con matices, de Junts per Avançar. También el arqueólogo del Instituto Catalán de Arqueología Clásica, Josep Maria Macias, y la Reial Societat Arqueológica Tarragona no están de acuerdo con la intervención que se está llevando a cabo en un monumento del siglo I dC declarado Patrimonio Mundial.
El portavoz del grupo municipal de ERC, Pau Ricomà, manifestó ayer en esta redacción que «no entendemos que, con los problemas que hay de conservación, ahora en el Anfiteatro y constantemente en las Murallas, se hayan embarcado con esta restauración de dudosa utilidad y que no gusta a nadie».
Por su parte, el dirigente del grupo de Ciutadans, Rubén Viñuales, sí que se mostró a favor de la actuación. Viñuales valoró «de forma positiva» la instalación de graderías en el Circo, ya que «permitirán realizar actos de pequeño formato», así como «hacer del entorno un museo por recrear de una manera más aproximada como eran las gradas en la época del imperio en el siglo I después de Cristo».
El concejal del PDeCAT, Dídac Nadal, se mostró abiertamente en contra. El portavoz del Partit Demòcrata afirmó que el proyecto «no puede reproducir la sensación que te encuentras en un circo romano porque hay edificios en frente». «En la medida en que se ejecuta, veo un potencial punto de botellón y, eso, me preocupa», dijo, para añadir que, «en Tarragona, nos estamos animando mucho a hacer cosas encima de restos romanas».
El grupo de la CUP también es contrario a la cobertura de parte del monumento con gradas metálicas. El concejal Jordi Martí dijo que «es un poco desastroso, es lo mismo que pasa con el Teatro, porque un monumento tiene que ser para que lo vea la gente y, al final, se tapa la visión de la parte romana». Martí afirmó que «se tendría que haber hecho otra cosa».
La concejala de ICV, Arga Sentís, posicionó en contra. «No le veo ninguna utilidad ni una funcionalidad clara». «Si se quería recrear el espacio, pienso que, en la práctica, no se ha conseguido». Sentís añadió que «no acabo de ver muchas de las acciones que se hacen en el patrimonio, que no forman parte de un relato para explicarlo, de una manera coherente de seguir un hilo conductor».
Por último, el concejal de Junts per Avançar, a Josep Maria Prats, dijo que «el proyecto ha sido elaborado por técnicos y lo respeto». «Sin embargo, lo que cuestiono es la dejadez de todo, de cómo han llegado las gradas, cómo se ponen y quién las pone, pero no el proyecto», dijo. Prats apuntó que «si está avalado por estudios rigurosos, como es el caso, pienso que no tenemos que opinar estrictamente los políticos».
La opinión de expertos
Josep Maria Macies, investigador del Instituto Catalán de Arqueología Clásica, subrayó que «el tratamiento actual de la plaza de los Cedazos ejemplariza las consecuencias negativas de la falta de una estrategia global y dilatada en el tiempo». «Todo ha sido una huida adelante que ha acabado en una excesiva sectorización museográfica del Circo afectando, a mi entender, en exceso a la fisonomía histórica de la Parte Alta», apuntó. Macias se pregunta «¿Qué se puede hacer con los restos de la plaza de los Sedassos y como finalizamos 30 años de expropiaciones y excavaciones?».
«Eso –añadió– es lo que se han tenido que plantear los actuales responsables municipales, los cuales han sacado adelante un proyecto que ha sido aprobado por la Comisión Territorial de Cultura de la Generalitat. No ha trascendido, o no me he enterado, la postura de la oposición municipal hacia este proyecto. Aunque a veces me pregunto si el desprestigio que ha adquirido la arqueología en esta ciudad hace que ya no sea un arma de interés político». El arqueólogo subrayó que «se ha optado por cubrir parte de los restos arqueológicos y, más allá de la idoneidad técnica y legalidad jurídica de esta solución (pensad en todo el alboroto de la restauración del teatro de Sagunt), no acabo de percibir la utilidad social del proyecto».
Por su parte, la presidenta de la Reial Societat Arqueológica Tarraconense, Pilar Alió, dijo que, «desde el inicio, hemos dicho que este proyecto no nos gusta: nosotros no lo habríamos hecho de esta manera».