La calle de las Coques se llena por la benedicción de las palamas y los ramos de laurel

La calle de las Cocas se ha llenado este domingo por la mañana de fieles ayer con motivo de la bendición de las palmas y los ramos de laurel a cargo del Arzobispo Jaume Pujol.

Recordando la entrada de Jesús en Jerusalén, centenares de personas se han reunido delante de la iglesia de la Esperanza, espacio que se encontraba casi lleno minutos antes de las once de la mañana.

Muchas familias han escogido este tradicional acto para celebrar el domingo de Ramos, que también contará en Tarragona con la procesión de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Pasión por las calles de la Parte Baja y el vía crucis de la Sangre por la Parte Alta.

Todavía no eran las once de la mañana y la calle de las Coques, ubicada a la derecha de la Catedral, ya presentaba la estampa típica de un domingo de Ramos. Aunque la lluvia provocó que la asistencia no fuera tan grande como la de otros años, centenares de fieles esperaban la llegada del Arzobispo para rememorar la entrada de Jesús en Jerusalén días antes de morir crucificado.

Han sido muchas las familias que se han reunido en este lugar de la Parte Alta para mostrar a los niños la tradición del domingo de Ramos. De hecho, los más pequeños han sido los que más disfrutaban con los movimientos de las palmas y los ramos de laurel.

Después del sermón pronunciado por Jaume Pujol y con el toque de las campanas, la comitiva, que ha contado con la presencia del alcalde Josep Fèlix Ballesteros, varios concejales o el presidente del Puerto, Josep Andreu, se ha dirigido al interior de la Catedral. Allí, Pujol ha oficiar la eucaristía delante de un templo casi lleno.