Las chicas se clasifican en estereotipos de 'chonis' o 'pijas' en las redes, según un estudio de la URV
Las adolescentes tienen bien definido el perfil que identifica la 'choni': pantalones muy ajustados, tangas, piercings, tatuajes, cola de caballo o moños, exceso de maquillaje y posturas provocadoras
Las adolescentes españolas se clasifican entre ellas como 'chonis' o como 'pijas' siguiendo los estereotipos asociados a estos conceptos según se describan ellas mismas en las redes sociales, según ha constatado un estudio de la Universidad Rovira i Virgili (URV) de Tarragona.
El estudio, que han elaborado las profesoras del Departamento de Estudios de Comunicación de la URV Cilia Willem, Núria Arauna, Iolanda Tortajada, evidencia la lectura que los chicos y chicas adolescentes hacen de las sus iguales a partir de cómo se muestran en las redes sociales.
Siete grupos de jóvenes de entre 16 y 20 años han participado en este trabajo explicando cómo valoran sus autopresentaciones y, en este proceso, las etiquetas de 'pija' y 'choni' aparecen reiteradamente para clasificar y jerarquizar la estética y la conducta sexual de las chicas.
Según han explicado las profesoras, la definición que hacen de sus diferencias «huye de una explicación socioeconómica y apunta hacia los sesgos de género presentes en las redes sociales».
Las investigadoras consideran que las redes sociales refuerzan «a un doble estándar omnipresente: el doble estándar sexual que hace que las chicas sean criticadas con parámetros sexuales, a diferencia de los chicos, y también el doble estándar que atribuye mal gusto y falta de cultura a las personas consideradas empobrecidas o con pocos estudios».
A las participantes en estos grupos de discusión, cuando se les preguntó sobre sus estrategias de representación en las redes sociales, hablaron de dos únicos perfiles: 'pija' y 'choni'.
Utilizaron 'pija' como una noción neutra, un marcador de identidad estándar utilizado como contrario de la etiqueta verdaderamente despectiva que es la de 'choni', un estigma reconocido colectivamente, según el estudio.
Los adolescentes participantes en el estudio tienen el perfil de la 'choni' bien definido e identificado con símbolos culturales muy específicos como pantalones muy ajustados, tangas, pircings, tatuajes, cola de caballo o moños, maquillaje excesivo y posturas provocadoras que son leídas en clave sexual.
El estudio constata que los discursos elaborados en las autopresentaciones reproducen estos estereotipos más que contribuyen a transformarlos.
Todos los adolescentes se mostraron conscientes de estos prejuicios pero manifestaron la dificultad, incluso imposibilidad, de superarlos, cosa que, según las profesoras, «legitima un bagaje cultural machista».
Según las investigadoras, una de las preocupaciones de las chicas que han participado en los grupos de discusión ha sido evitar ser etiquetadas como 'choni' cuando construyen una imagen atractiva.
En la investigación, las chicas reconocieron «la presión que sienten para erotizar».
Los resultados del trabajo coinciden con el estereotipo con el cual se carga a las mujeres de clase trabajadora en otros contextos culturales, por ejemplo, en el Reino Unido, donde «la figura de la chav femenina es vista como una exhibición continua de falta de cultura, de estilo y gusto».
Aunque 'pijas' y 'chonis' son susceptibles de recibir críticas de carácter sexual, la mayoría de los participantes en el estudio afirmaron que las autopresentaciones de las 'pijas' «acababan esquivando la sanción y otorgándolos popularidad y status».
El estudio constata que no sólo los chicos etiquetan a las chicas como 'chonis' sino que, «de manera defensiva», también lo hacen las chicas.