«Musicar un poema es un juego de ensayo y error, de intuición y aproximación»

—Parnàs llega después de veinte años de carrera. ¿Qué disco quería hacer, en esta ocasión?

—Prácticamente en todos mis discos he escrito y compuesto las letras y las músicas que interpreto, excepto en Les cançons tel·lúriques, en que la mitad son musicaciones de Verdaguer y el resto son reversiones de música tradicional de mi infancia. Pero a lo largo de todos estos años he ido musicando diferentes poetas, y esperaba el momento de tener un grueso|grosor lo bastante grande de canciones para poder hacer una elección y trabajarlas bien.

—En suParnàs están Martí y Pol y Joan Maragall, pero también autores menos conocidos, como Toni Gol i Roca y Amadeu Vidal i Bonafont. ¿Cómo ha hecho la elección?

—Al azar. De poemas me gustan muchos, pero no se sabe nunca qué hace que un poema acabe siendo musicado. Algunos los he musicado recientemente, y hay alguno que está musicado hace veinte años, pero cabe lo he ido a buscar expresamente con ganas de musicarlo. A veces, leyendo un poema me viene en la cabeza una melodía o hay alguna cosa que hace que acabe estirando el hilo.

—¿Estos poemas acaban configurando un cuerpo, en el disco?

—Yo creo que no. Es una sopa. La continuidad la marcan los arreglos de Xavier Guitó y el Arcadi Marcet, a quien se suma Míriam Encinas, que nos da paisajes, profundidad, colores y novedad. Son poemas muy diferentes pero que, gracias a la música, se pueden escuchar seguidos y se puede ir haciendo este viaje por el jardín de los poetas, donde hay especies de plantas muy diferentes.

—-¿Qué proceso sigue a la hora de musicar un poema?

—No soy nada ordenado, trabajando. Cuando estoy leyendo y aparece una melodía, trato de retenerla unos segundos. Si puedo, me levanto a coger la guitarra y empiezo a jugar. Es un juego de ensayo y error, de intuición y aproximación, un ir estirando el hilo. Hay poemas que están musicados siguiendo la orden del poema original, pero yo creo que los cantautores también podemos chapucear. Hay musicaciones que son construcciones de varios poemas de un mismo libro puestos en un orden diferente, o modificaciones de una parte del poema para construirla con una vuelta que se repita.

—En este Parnàs hay presencia femenina, con las voces de Núria Graham y Bikimel.

Con la Bikimel colaboré hace muchos años, en un disco suyo que se llamaFerrera. Hacía mucho tiempo que quería hacer un dúo con ella. Finalmente no ha sido así, porque el dúo lo he hecho con Núria, pero la canción que ella canta es un poema de Mercè Anzizu, una monja de finales del siglo XIX que había tenido una relación muy especial con Jacint Verdaguer, y encontraba que la voz de la Bikimel transmite una mezcla de espiritualidad y sensualidad muy interesante, a la vez que mucha madurez. Núria, quizás por la edad, transmite una mezcla de autenticidad e inocencia que me parecía ideal para la canción Jordi.

—Otra presencia femenina destacada en el disco es Míriam Encinas Laffitte.

—Su presencia es muy importante. La sentí|oí por primera vez en el disco Sagrat Cor, de Canimas, y encontré unas instrumentaciones con un buen sabor terrible. Y desde entonces que quería trabajar con ella. Míriam toca muchos instrumentos diferentes, y los toca muy bien, con una gran técnica. Pero por encima de todo, tiene muy buen gusto y una gran intuición. Consigue abrir las canciones en nuevos paisajes, colores y texturas.

—¿En Tarragona vendrá con Guitó, Marcet y Encinas?

—Sí, venimos todos. Hacía tiempo que no nos lo pasábamos tan bien como con este Parnàs . No sé qué está pasando, pero este proyecto y este equipo son un gozo. Y venimos con muchas ganas de seguir pasándolo muy bien.