Diari Més

Martí Corbera Vidiella: De Tarragona a Copenhagen

«Casi todo el mundo respeta las normas y eso hace que el país funcione»

Martí Corbera se ha ido a Dinamarca por estudios y se sorprende perque a todo el mundo se desplaza en bicicleta, «llueva o nieve»

El tarraconense Martí Corbera muestra el método de transporte que más utiliza.

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–¿Cómo ha sido su trayectoria profesional hasta ahora?

–He hecho algunas prácticas relacionadas con el Marketing y ahora estoy trabajando a media jornada para conciliarlo con mis estudios.

–¿Qué motivos lo llevaron a marcharse de casa para ir a vivir al extranjero?

–Me marché a Dinamarca para cursar un Master en Marketing Internacional. Fue la excusa perfecta para seguir acumulando experiencias en el extranjero.

–¿Cuál fue su primera impresión del país al llegar?

–Antes de aterrizar en Dinamarca no había estado nunca en ningún país escandinavo. Siempre había oído muchas historias, en especial sobre el modelo socioeconómico que hace décadas que están desarrollando. Tenía muchas ganas de entender en profundidad cómo alguna de estas sociedades funcionaban. Llegué a principios de septiembre de 2016 y, una vez instalado en Airbnb, fui a pasear a un parque próximo. Allí, me encontré con muchísima gente con bañador o bikini tomando el sol. Me sorprendió y pensé: «¿Qué hacen estos daneses?» ¡Y ahora, al cabo de un año y unos meses, yo hago exactamente lo mismo cuando sale el sol!

–¿Fue muy sorprendente el cambio o fue, más o menos, tal como se lo había imaginado?

–Aun haber vivido ya durante algunos meses en Alemania, hay algunas cosas a las cuales me costó adaptarme, como por ejemplo ir en bici a todas partes a pesar del mal tiempo.

–¿Cuáles son las principales diferencias entre Copenhagen y su casa?

–Hay bastantes diferencias, pero las más relevantes son el transporte (como he dicho antes, ir en bici todas partes haga sol, llueva o nieve), los horarios (todo va más bien, desde comer a las doce del mediodía y cenar a las seis de la tarde, a empezar la fiesta a las ocho de la noche) y el clima (nos pasamos siete meses en pleno invierno con temperaturas en los alrededores de los cero grados centígrados).

–¿Cuáles son los lugares más característicos de su nueva ciudad de acogida?

–Aparte de los sitios más turísticos de Copenhagen (Nyhavn, Rosenborg Slot i Amalienborg), el más interesante y único son los paseos que se pueden dar entre los innumerables parques. Mi preferido es el Frederiskberg Have. La ciudad libre de Christiania, conocida por su mensaje reivindicativo y alternativo es también una parada obligatoria.

–¿Qué destacaría de la forma de trabajar del país? ¿Las conductas son similares o diferentes a las del Estado español?

–Es muy diferente. Aquí hay muchísima flexibilidad. Se puede trabajar desde casa una vez por semana y también entrar y salir de la oficina cuando se quiera. Incluso puedo escoger qué tareas me gustaría desarrollar durante los días que voy a trabajar. Por otra parte, esta libertad va ligada a mucha más responsabilidad y las ganas de hacer las cosas bien tienen que salir de ti mismo. Esta combinación hace que tengas poca guía pero, a la vez, se espere mucho de ti.

–¿Cree que el país donde vive actualmente es un buen lugar para que los más jóvenes puedan buscar y encontrar trabajo?

–No creo que sea el mejor país para venir a buscar trabajo. Aunque el inglés se habla por todo el territorio, el danés es bastante básico para encontrar trabajo en Dinamarca y costa mucho de aprender. Lo que sí que puedo recomendar es venir a Dinamarca a estudiar, ya que, te beneficias de una educación en inglés gratuita y de calidad tanto por los grados como los master. Además, es fácil combinarlo con algún trabajo a media jornada. Una vez acabado el master en unas de las universidades danesas es, pues, más factible encontrar trabajo.

–¿Qué es lo que más echa de menos de casa?

–Aparte del fuet y el aceite de oliva de calidad, lo que comporta tener buen tiempo durante todo el año: poder pasear por la Playa Larga en pleno mes de febrero no tiene precio.

–¿Qué costumbre del país actual se llevaría hacia Cataluña?

–La confianza que tienen en el sistema en general. Casi todo el mundo está concienciado que respetar las normas (desde no cruzar en rojo a pagar los impuestos que tocan) y eso hace que el país funcione. ¡Además, me llevaría la cultura cervecera que tienen, sus cervezas son buenísimas!

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