Unos ladrones entran con una escalera en dos viviendas de Boscos de Tarragona

Los robos con fuerza llegan a la urbanización Boscos de Tarragona, concretamente en la zona de los Pinars. Unos ladrones entraron en dos viviendas unifamiliares de una pequeña comunidad haciendo uso de una escalera, mediante la cual accedieron primero a los jardines y, después, a la segunda planta de ambas casas. Joyas, dinero en efectivo y material electrónico fue el botín que se llevaron y que tiene un valor de más de 4.000 euros. Los hechos sucedieron a finales del mes pasado y los propietarios han aumentado las medidas de seguridad, aunque una de las casas ya contaba con una alarma y cámaras cuando los ladrones entraron. Según los afectados, los mossos sólo encontraron huellas de guantes y los avisaron que Boscos de Tarragona era una zona «vulnerable».

Una escalera. Esta fue la herramienta que los ladrones utilizaron para, en primer lugar, acceder a la comunidad de viviendas unifamiliares desde una de las esquinas y, después, para subir hasta la segunda planta de los adosados. Según detallaba una de las vecinas afectadas, los asaltantes «aprovecharon que la casa de la esquina está vacía y en obras para entrar a la comunidad» porque, según decía, «es difícil acceder por otras zonas, ya que tenemos las paredes muy altas.» En los dos casos apoyaron la escalera en la ventana de una de las habitaciones. Después, la forzaron y entraron en la segunda planta, de donde no se movieron.

Los hechos se remontan a finales del mes pasado, concretamente al viernes 20 de abril. Los propietarios de las dos viviendas no estaban en casa y los ladrones lo aprovecharon para entrar, aproximadamente, a las 10 de la noche. De la primera vivienda se llevaron 1.500 euros en efectivo, joyas y dos escopetas, motivo por el cual los propietarios tuvieron que llamar inmediatamente a la Guardia Civil para notificarlo. Después de haber robado una cantidad lo bastante elevada, los ladrones cogieron la escalera y cruzaron el jardín hasta la otra casa. Con el mismo modus operandi, accedieron al interior después de forzar la ventana.

El botín del segundo robo fue muy similar. Joyas, 600 euros en efectivo y tres ordenadores portátiles, uno de ellos valorado en más de 1.200 euros. El rasgo diferencial, sin embargo, es que esta casa contaba con una alarma de seguridad y cámaras. «Me llamaron al móvil desde la empresa de alarmas cuando estaba volviendo a casa», explicaba la propietaria. La alarma empezó a sonar y, al mismo tiempo, una de las cámaras de vigilancia hizo una ráfaga de fotografías, pero sólo pudo capturar uno de los hombros de los intrusos.

Los ladrones se limitaron a estar en el interior de la vivienda durante poco más de 10 minutos, porque tal como decía la afectada, «sabían que, si la alarma volvía a sonar, se activarían de nuevo las cámaras». Sin embargo, les dio tiempo de huir, unos minutos antes de las once de la noche, cuando la propietaria llegó. «Cuando entré en casa vi la ventana abierta y la escalera apoyada en la pared», apuntaba la mujer, que hace más de treinta años que vive en el mismo sitio y que nunca había sufrido ningún robo. Por otra parte, después de los hechos, se ha planteado aumentar las medidas de seguridad con pestillos interiores en las ventanas, aunque lamentaba que «la alarma que teníamos instalada no sirvió de nada».

Estos robos a la urbanización Boscos de Tarragona se suman en los más de veinte que ha sufrido la ciudad de Tarragona en los últimos meses. Los Mossos d'Esquadra ya adelantaron, a finales del año pasado, que se había producido un repunte en los robos con fuerza en viviendas, un hecho que corroboran estas intrusiones.