Jaime Rojas: Fotógrafo y comisario de la exposición '31 mini instants'
«Los niños tienen los ojos abiertos al mundo, sin los prejuicios de los adultos»
La plaza Verdaguer de Tarragona acoge la exposición ‘31 mini instants’, con fotografías del Minipop del año pasado hechas por niños de entre 8 y 12 años
—¿Cómo es la mirada fotográfica de los niños?
—Se podría definir con dos palabras: inocente y original. Es inocente porque ellos tienen los ojos abiertos al mundo, sin los prejuicios de los adultos, que enseguida catalogamos ideas y sentimientos. Eso se manifiesta mucho en alguna de las fotografías expuestas. Después, también es original, porque en algunas ocasiones nos muestran cosas que quizás el niño ve por primera vez. También por la manera que tiene de ver las cosas y sentirlas.
—Esta exposición es el resultado del taller de mini reporteros a los cuales se hizo en el festival Minipop del año pasado. ¿Cuáles fueron las consignas que se dieron a los pequeños fotógrafos?
—La idea de hacer un taller de fotografía al Minipop surgió el año 2016, y de momento llevamos dos ediciones. Los hemos hecho Rosa Rovira y yo, y el enfoque principal consistía en enseñar a los niños los conceptos básicos de la fotografía. Eso suele ser un poco limitado, porque cada reportero tiene un equipo diferente, desde una cámara reflex en el móvil de los padres. Pero la parte práctica sí que da mucho de juego, porque hablamos de los puntos de interés, de los ángulos, de lo que se quiere enseñar... Después, los niños tienen vía libre para fotografiar todos los rincones del festival.
— ¿Qué atrae más su atención?
—Lo que más hay son fotografías abstractas, enfocadas al color y la forma. Si bien hay algunos retratos y alguna foto grupal, de movimiento y acción, la mayoría son instantes. Hay muchas que son muy xulas, que las veo y pienso ‘ostras, ¿como es que no se me ha ocurrido a mí hacer una foto como esta’?.
—¿Os encontráis con mini reporteros que van repitiendo y, por lo tanto, creciendo como fotógrafos?
—Totalmente. La mayoría repetirán este año. Estamos formando nuestra futura competencia.
—Poder exponer el trabajo, como ahora harán los niños del Minipop, también forma parte del arte de la fotografía.
—Por descontado. Siendo fotógrafo, es esencial poder mostrar tu obra. Y dar a los niños esta oportunidad puede acabar siendo un plus de motivación para que continúen con esta pasión, si es que la tienen. Poder mostrar las fotos en un sitio por donde pasa tanta gente es genial. Pienso que la idea de Núria Serrano y su equipo, de escoger la plaza Verdaguer, ha sido muy acertada. Y después también hay que destacar el trabajo de Peres Socías, que ha dado forma a la estructura de la exposición.
—¿Lo que nos muestran estas fotografías es una buena síntesis de lo que es el Minipop?
—Sí. El Minipop es como un calidoscopio. Hay los conciertos, que quizás están más orientados en los adultos, los talleres para los niños, las actividades conjuntas, y muchos detalles y cosas pequeñas que quizás no vemos, pero que los niños están muy pendientes. Todo eso es lo que precisamente se puede ver a la exposición. En realidad, si pudiéramos poner todas las fotos que a mí me gustaría, necesitaríamos el triple de espacio. Ojalá el año que viene, si esta muestra es un éxito, podamos hacer alguna cosa todavía mayor.
—¿Cómo será el taller de fotografía del Minipop de este año?
—Este año repetiremos el taller, pero estará más enfocado al tratamiento posterior de la imagen: haremos foto transfer. Esta técnica consiste en imprimir la foto en papel y, con un material especial y una brocha, transferir la imagen en cualquier otra superficie, como la madera. Aparte, este año pediremos que las fotos se hagan a partir de un par de ideas específicas: a partir de un par de frases, los niños tendrán que ir por todo el festival haciendo fotos pensando en aquellas ideas. Después nos reencontraremos y trabajaremos el transfer. Así, los reporteros tendrán alguna cosa material con su foto preferida.