«Berlín es una ciudad en constante construcción desde la caída del muro»

Sofia Bertran se marchó a Berlín hace nueve meses para estudiar una FP Dual de Hostaleria, curso que tiene una duración de tres años. En el marco de sus estudios, trabaja en un hotel y asiste a las sesiones teóricas una semana en el mes. Aparte, también da clases de alemán con el fin de dominar el idioma.

—¿Qué motivos la llevaron a marcharse de casa?

—Hacía mucho tiempo que quería vivir la experiencia de marcharse en el extranjero y, cuando me inscribí para hacer la FP Dual y me dijeron que sí, no me lo pensé dos veces. Creo que es una cosa que se tiene que hacer.

—¿Cuál fue la primera impresión al llegar a Berlín?

—Ya había estado dos veces y me encantó. La primera impresión es de una ciudad muy joven y que está en constante reconstrucción desde la caída del muro, por eso voces en una misma zona edificios viejos y otros de nuevos.

—¿Cuáles son los lugares más característicos de la ciudad?

—El Fernsehturm, la torre de telecomunicaciones, es uno de los edificios más altos de Europa ¡y tiene unas vistas sobre toda la ciudad increíbles! Debajo de la torre encuentras Alexanderplatz, la plaza más típica de Berlín. También son elementos característicos de la ciudad la Catedral, la Puerta de Brandeburgo –antigua entrada de la ciudad– o el Reichstag, el edificio del Parlamento. Yo también recomiendo ver el Monumento a los Judíos del Holocausto, formado por bloques de piedra grandes y cuadrados diferentes entre sí. Puedes caminar entre ellos y no oyes ningún ruido de fuera. Impresiona mucho. También me gusta la isla de los museos, una isla dentro del río donde hay los museos más importantes.

—¿Qué destacaría de la manera de trabajar de los alemanes?

—El tópico que tienen de la puntualidad es cierto. Ser puntual en el trabajo implica llegar diez minutos antes a trabajar. Es importante ser eficaz y eficiente. Por otra parte, las jornadas laborales partidas no existen, normalmente hacen la jornada seguida. La pausa es obligatoria y se cuenta aparte de las ocho horas laborales.

—¿Qué diferencias hay entre Cataluña y Berlín?

—En Berlín, un gran porcentaje de habitantes son extranjeros. Eso hace que sea una ciudad con muchas culturas diferentes y, en consecuencia, muchas maneras de vivir. Es el punto más diferencial entre Cataluña y Berlín. En Cataluña tenemos prácticamente en todo el territorio las mismas costumbres y tradiciones y aquí no es así, algo muy enriquecedor.

—¿Qué es lo que más le ha chocado o impresionado del país?

—Me ha impresionado que aquí se puede beber alcohol en la calle sin problema y que todavía existen muy locales donde puede fumar dentro. También me ha chocado el sistema de reutilización de botellas y latas que tienen, que se llama Pfand. Cada lata o botella de plástico o cristal tiene un incremento del precio que pagas en el momento que la compras. Cuando ya has utilizado el envase, tienes que ir a una máquina que tienen en los supermercados e introducirlo. La máquina te da un vale del incremento del precio que habías pagado y, con eso, puedes comprar otra vez. Creo que es una forma de reciclar y reutilizar muy útil. También me sorprendió que la gente, cuando bebe en la calle, deja la botella en el suelo para que los sin techo la puedan coger y devolver el Pfand.

—¿Qué costumbre se llevaría?

—Me llevaría muchas costumbres, sobre todo el del reciclaje, la diversidad y la gran variedad de ocio y cultura que hay. También hay que destacar que es una ciudad muy segura en buen transporte público.

—¿Qué echa de menos?

—Mi familia, mis amigos y las calçotades. También echo mucho de menos la playa, el Carnaval, las fiestas mayores, ir a la montaña y conducir.

—¿Se imagina un futuro en este país?

—Sí, probablemente tendré la posibilidad de quedarme, aunque todavía queda mucho por delante y muchas experiencias por vivir. Tengo tiempo para pensármelo, pero también es verdad que la tierra es la tierra.