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Ematsa invertirá 1 MEUR para sustituir las cañerías de uralita de Cala Romana
Se cambiarán 6.522 metros, las obras se ejecutarán en diferentes fases y la actuación, que empezará después del verano, se alargará durante dos meses y medio
La Empresa Municipal de Aguas de Tarragona S. A. (Ematsa) invertirá un millón de euros para sustituir por tubos de fundiciónn las cañerías de uralita de la red de distribución de Cala Romana. Se trata de una de las zonas de Tarragona donde los conductos están más envejecidos. De hecho, las cañerías de uralita no se pueden colocar en la red desde los años 90, por lo tanto, la instalación no se renueva desde hace décadas. La actuación cambiará un total de 6.522 metros de tubos y las obras, que empezarán cuando acabe el verano, tienen un periodo de duración de dos meses y medio.
«Las cañerías de Cala Romana estaban muy viejas y ya habían cumplido con su función». Eran las palabras del responsable del área de Operaciones y Gestión de la Energía de Ematsa, Agustí Garciapons. Aunque en la ciudad todavía quedan «muchos kilómetros» por cambiar, la actuación de Cala Romana era «prioritaria». La red de distribución tiene un rendimiento de entre el 60% y el 65%. Eso significa que las pérdidas de agua son constantes y que, por lo tanto, el abastecimiento es deficitario. Con las cañerías de fundición, que son los que se instalarán a partir del mes de septiembre, el rendimiento llegará hasta el 85%. Así pues, se situará en la media global de Ematsa, que tiene una eficiencia de más del 80%.
Las cañerías de uralita no se pueden instalar en la red de distribución desde los años noventa, cuando se prohibió este material por su toxicidad. Toda la canalización de Cala Romana está formada por uralita, por lo tanto, es evidente que la red no se cambia desde hace décadas. Hay que decir, sin embargo, que no hay ninguna ley que obligue a la administración a eliminarlas, aunque no es recomendable su uso.
Las obras empezarán después del verano y los más de seis kilómetros de tubos que hay que cambiar se retirarán en diferentes fases. Los trabajos influirán en el abastecimiento de un total de 360 clientes, aunque el grado de afectación será más o menos alto según el tramo de obra que se esté ejecutando. Con todo, la duración prevista de estas actuaciones será de dos meses y medio. El presupuesto total del proyecto es de 994.376,70 euros (sin IVA).
El proyecto, que ya se ha adjudicado, está sujeto a la aprobación del Consejo Plenario del Ayuntamiento de Tarragona. Todo hace prever, sin embargo, que no habrá problemas para que los grupos municipales lo acepten. Por otra parte, el objetivo de Ematsa es ir sustituyendo las cañerías de uralita que todavía forman parte de la red de distribución de agua de la ciudad. El próximo gran proyecto que quiere llevar a cabo la empresa municipal es la sustitución de la cañería principal de Sant Pere i Sant Pau. «Tenemos que ir poco a poco porque tenemos el presupuesto justo», acababa diciendo Agustí Garciapons.