Los perjuicios de devenir un destino turístico masificado, a debate en Tarragona
El IV Mediterranean Tourism Meeting pone en evidencia la necesidad de apostar por propuestas singulares para atraer turismo de calidad
La masificación de los destinos turísticos y la necesidad de decantarse hacia el turismo de calidad ha sido uno de los principales temas de debate en el IV Mediterranean Tourism Meeting que se celebra este jueves por la mañana en Tarragona. La ciudad, que el año pasado cerró con una cifra récord de visitantes -más de 2 millones de turistas-, defiende la necesidad de focalizar las potencialidades propias del territorio y ofrecer experiencias únicas al visitante. Durante el congreso se ha puesto de manifiesto que un destino turístico masificado no supone mayor riqueza para el territorio. Tarragona apuesta por el sector crucerístico -esta temporada el puerto tarraconense prevé un tráfico de 55 cruceros y hasta 80.000 pasajeros. Los expertos, sin embargo, han puesto el acento al no dejarse deslumbrar por los volúmenes que mueven los grandes cruceros y velar la personalización para que los cruceristas se lleven buen recuerdo de una demarcación que presenta el contraste de playas hasta los topes a singulares propuestas en cultura, enoturismo y gastronomía.
Durante la jornada se ha destacado el peso del turismo gastronómico -con proyectos como las Viñas del Convento, una nueva bodega en Horta de Sant Joan-, y de gustar a los turistas gourmets, denominados foodies. «Cada destinación tiene que identificar experiencias diferenciales, y en Tarragona hay una especialización en torno a la dieta mediterránea, y es ejemplo de una buena práctica por atraer turismo de valor añadido, como este segmento nuevo, los foodies, que buscan las experiencias gastronómicas», ha explicado al ACN uno de los ponentes, Jorge Schoenenberger, socio de Deloitte, responsable de consultoría en el ámbito turístico.
«Hoy en día el turista se gasta más dinero en servicios, en detrimento de productos», ha confirmado Schoenenberger, durante su ponencia. El turismo de calidad y las estrategias para atraerlo han eclipsado buena parte de la jornada. Marcar la diferencia a través del trato personal -human touch -, una fuerte personalización -fell unique - y una oferta a base de buenas propuestas y experiencias únicas son, según los expertos, garantía de éxito. «Se trata de causar buena impresión y que el turista recuerde los input positivos de la destinación», ha coincidido Sara Aran, directora de la compañía de cruceros premium BC Tours.
Justo este viernes llega al Port de Tarragona el crucero Costa Victoria, un barco con capacidad para 2.400 pasajeros. El jefe de operaciones de cruceros del Port, Jordi Miquel Sendra, también considera que hay que saber dar respuesta a los grandes cruceros, sin despreciar los de reducidas dimensiones, ya que a menudo son de lujo y transportan cruceristas con ganas de actividades exclusivas. Se ha puesto de ejemplo la oferta de enseñarlos los castillos en el marco del anfiteatro romano. «Tenemos que ser competitivos a través de la especialización», ha añadido la teniente de alcalde de Turismo y Plan Estratégico de Tarragona, Imma Rodríguez.
En el simposio, que ha tenido lugar en el Teatret del Serrallo, en torno al Port de Tarragona, se ha insistido en que la masificación de la destinación turística es sinónimo de un empobrecimiento futuro de la zona. «¿Cuánto estaríamos dispuestos a pagar para ir en la Mallorca de hace 30 años?», ha preguntado al público asistente el director general del Consorcio de Servicios Universitarios de Cataluña y doctor en Economía, Miquel Puig. Utilizando las Baleares como ejemplo flagrante de destinación masificada, Puig apunta que fijar un salario mínimo digno en el sector «sería lo mejor que podría pasar por mejorar el turismo del mediterráneo español».