Las medallas de los Juegos Mediterráneos «devolverán» a los atletas a la arena romana

Las medallas de los Juegos Mediterráneos «devolverán a la arena» a aquellos atletas que las consigan. Reditum arenamha sido el lema escogido por el diseñador local Galo Beltran, concepto que se puede leer en el reverso. «Hace referencia a las competiciones deportivas que se practicaban en la ciudad en época romana», explicaba Beltran. Junto con el lema, a la parte posterior de las medallas aparece una viga romana conducida por un auriga y dos caballos. En la cara frontal, se ha incorporado el logotipo oficial de Tarragona 2018 y la nomenclatura de los Juegos Mediterráneos en cinco idiomas: catalán, castellano, inglés, francés y árabe. Durante la entrega de las medallas, sonará la marcha elaborada por el profesor del Conservatorio de Música de la Diputación de Tarragona, Antoni Sebastià, también autor de la fanfarria.

«Hoy hemos completado uno de los objetivos primordiales de los Juegos: la apuesta decidida por el talento local». Eran las palabras del alcalde de la ciudad, Josep Fèlix Ballesteros, en referencia a las obras de Beltran y Sebastià, ambos nacidos en la provincia de Tarragona. El alcalde se mostró «muy satisfecho» con las creaciones presentadas ayer en el Anfiteatro de la ciudad, y aseguró que «con estos Juegos queremos ser puentes», en relación a las sinergias tejidas con el territorio y las administraciones.

«Quería un concepto potente que recordara a la historia de Tarragona», dijo Beltran en relación al reditum arenamos –retorno a la arena–, lema escogido por las medallas. Aparte de completarlo con elementos de la antigua Tàrraco, como son las vigas y las aurigas que corrían por el Circo, Beltran ha querido elaborar unas medallas «que recuerden a las de la antigua Roma». Por eso, son piezas de 7 centímetros de diámetro e irregulares. Galo Beltran también ha sido el autor de los diplomas, que tienen un diseño parecido al de las medallas.

Por su parte, el autor de la fanfarria y la marcha, Antoni Sebastià, reconocía que «ha sido difícil asumir el reto, pero creo que lo he conseguido». Gracias al pasado romano de la ciudad, Sebastià ha podido lucir el sonido de los metales «con toda la potencia que tienen», y ha elaborado dos composiciones que «buscan bajar hasta el estòmac y emocionar».

La fanfàrria sonará antes de la entrega de las medallas y, la marcha, que dura poco más de un minuto, se oirá durante la entrega de las mismas a los ganadores de las competiciones.