Tarraco Viva se despide mostrando la imperfección de las ciudades romanas
Las actividades de pequeño formato han sido parte del éxito, junto con las recreaciones históricas en el Anfiteatro y al Recint Ferial
Las ciudades romanas y sus ciudadanos no eran perfectos, aunque la cinematografía pueda mostrar el contrario. La clausura de la vigésima edición del festival de reconstrucción histórica Tarraco Viva, celebrada esta tarde en el Recinto Ferial, ha demostrado, precisamente, que las ciudades eran imperfectas pero llenas de vida. Hasta doce grupos de reconstrucción han recreado varias escenas que se podían vivir, cualquier día del año, en ciudades como Roma o Tarraco. La clausura ha puesto el punto final en una edición donde han sido protagonistas el deporte, la mujer y la cultura griega.
El acto final ha sido visto en directo por más de 400 personas que han fruto con las explicaciones que ha dado Magí Seritjol, el director del festival, sobre un escenario que recreaba la vida cotidiana en una ciudad romana. En la clausura han participado más de un centenar de actores. En los últimos instantes, todos han salido para recibir la ovación de los presentes.
Además de las luchas de gladiadores en el Anfiteatro, la recreación de los Juegos Nemeus en el mismo monumento o las exhibiciones llevadas a cabo por grupos de reconstrucción del ámbito del ejército, una buena parte del éxito de Tarraco Viva se ha cultivado gracias a las actividades de pequeño formato, que facilitan, por proximidad, la participación de los asistentes.
César Pociña, responsable del grupo de reconstrucción tarraconense Ala Augusta, ha explicado aspectos relacionados con la caballería. «Trabajar el pequeño formado es un acierto, porque te permite dar explicaciones a un público que se encuentra delante tuyo y, además, facilita que prime la divulgación». Pociña, arqueólogo de profesión, ha añadido que «la lástima es que, por motivos de seguridad, no podemos llevar|traer caballos al Campo de Marte, pero, sin embargo, el público se muestra muy interesado», ha dicho. A pocos metros de distancia, el grupo de reconstrucción Septimani Seniores ha hecho las delicias de los niños, que, por unos minutos, se han vestido como los soldados romanos y han aprendido a hacer formaciones como la de la tortuga. Otros niños han optado por participar en talleres donde enseñaban a hacer mosaicos, de moda o de cerámica, mientras los adultos se han decantado por los de gastronomía o se han interesado por el arte de hacer a alpargatas a mano, perfumes o todo tipo de obras artísticas.
Uno de los espectáculos que ha aglutinado más gente, entre padres y niños, ha sido un espectáculo de títeres protagonizar para|por la mujer de un rico comerciante que se enamora de un gladiador. Los secretos de un centurión, el deporte y la belleza, la primera diosa romana de Hispania, las peripecias vividas por el esclavo Radàxaras o el feminismo en el mundo antiguo han sido otras propuestas que también tuvieron un amplio seguimiento por parte del público.
La última jornada también se ha vivido en otras poblaciones del Campo de Tarragona presentes Tarraco Viva. La villa romana de los Montones (Altafulla) ha organizado una visita comentada a los baños, que actualmente están en fase de restauración. En Constantí, la villa romana de Centcelles han celebrado unos juegos a la griega. Camarines, Falset y Vila-rodona han sido otras poblaciones que han participado en la programación de Tarraco Viva.
Cómo ha dicho Magí Seritjol, el objetivo no es tanto que aumente el número de visitantes como la gente salga satisfecha. «Muchas personas interesadas en la Historia repiten cada año porque, como dicen, en cada edición aprenden cosas nuevas», ha dicho Seritjol.
El festival ha vendido cerca de 20.000 entradas
Tarraco Viva ha cerrado con cerca de 20.000 entradas vendidas, y centenares de personas que han participado en las actividades de libre acceso, entre ella más de mil chicos que han vivido de cerca el festival a través de los centros cívicos. La concejala de Cultura y Patrimonio, Begoña Floria, ha hecho una valoración muy positiva y ha dicho que «el festival nos invita a hacer reflexiones muy interesantes y, es por este motivo, que lo organizamos». Floria, ha anunciado que la edición del 2019 tendrá como eje central las ciudades. La concejala ha dicho que «Tarragona ha creado escuela y Tarraco Viva es un modelo de éxito consolidado» y, en el marco de la cultura, «el segundo más importante de Cataluña junto con el Temporada Alta». Por su parte, el director del festival, Magí Seritjol, ha informado de que en el 2019, coincidiendo con el hecho de que se celebrarán elecciones municipales, el festival se centrará en las ciudades, en las actividades sociales y en el papel que tenía cada persona. Seritjol ha avanzado que en próximas ediciones, probablemente la del 2020, el eje central será el mundo de la mujer. También ha anunciado que se revisarán algunas propuestas que se hacen desde hace años. Ha citado, como ejemplo, «que, quizás, hablaremos más del día de antes de las luchas de los gladiadores y de su vida, más que de los sistemas de combate que se podían ver en el anfiteatro».
Tarragona puede ser el referente de una red europea de reconstrucción
Tarragona y el festival Tarraco Viva pueden convertirse en la referencia de una red europea de reconstrucción histórica vinculada al pasado romano. La primera reunión se hizo el pasado fin de semana, aprovechando la visita que hicieron responsables del festival de Arles. La propuesta nació de esta localidad del sur de Francia, después de que la población de Saintes, cerca de Burdeos, le pidiera consejo para hacer una actividad similar con el objetivo de promover el suyo río legado romano. La respuesta de Arles fue que sería conveniente que se informaran Tarragona, explicó a esta redacción Magí Seritjol, director de Tarraco Viva, a quién anunció que el próximo julio se desplazará en Saintes para celebrar la segunda reunión.
Este es el punto de salida de una iniciativa que podría concretarse en la creación de una red europea de festivales de divulgación que estaría liderada por Tarragona. Seritjol ha dicho que «es una buena posibilidad», pero ha subrayado que sólo podrían meterse festivales que divulguen el pasado de una manera científica y pedagógica. El primer paso ya se ha dado y ahora hay que ver si el proyecto prospera.
Una de las finalidades de la red sería «producir actividades de calidad de manera conjunta», de las cuales se aprovecharían todos los festivales que formaran parte del grupo. Seritjol ha comentado que esta iniciativa es embrionaria. En el caso de fructificar, podrían incorporarse festivales de alto nivel que se hacen en países como Alemania o Inglaterra, donde existe una larga tradición. Saintes es una localidad de 25.000 habitantes, enclavada en uno de los caminos de Sant Jaume franceses. Conserva restos romanos de especial relevancia, como el arco del triunfo de Germanicus o un anfiteatro.