El reagrupamiento familiar dobla en diez años la población femenina china

El reagrupamiento familiar ha doblado en diez años la población femenina de origen chino en la ciudad de Tarragona. El año 2007, el número de mujeres chinas contabilizado por el Ayuntamiento de Tarragona era de 406, mientras que el año 2017 se situó en las 838. El aumento contrasta con la cifra de hombres chinos, que tan sólo se ha incrementado en 195 –hace diez años había 483 y ahora 678–. Algo semblante ha pasado con la población de origen marroquí: el número de mujeres ha aumentado en 647 –de 2.616 a 3.263–, mientras que el de hombres sólo en 98 –de 3.945 a 4.043.

«Eso se debe, sin duda, al reagrupamiento familiar», decía al director de la Cátedra de Inclusión Social de la Universidad Rovira i Virgili, Ángel Belzunegui. El modelo migratorio de estas dos nacionalidades, detallaba lo mismo, es «predominantemente masculino». Es por eso que, después de la ola migratoria vivida a finales de los años 90, el número de mujeres llegadas desde China y Marruecos ha crecido exponencialmente.

Por otra parte, Belzunegui relacionaba también este aumento de la inmigración femenina con las dificultades que tienen, marroquíes y chinos, por|para casarse con mujeres autóctonas. «El fenómeno del matrimonio es fundamental para entender esta situación, porque los hombres se marchan a sus países de origen para casarse y, después, vuelven aquí con sus mujeres», detallaba al experto.

Se trata de una situación que no sucede con otras nacionalidades, como por ejemplo con la población latinoamericana. El año 2017, en Tarragona se cifraron 934 mujeres colombianas y 705 hombres, mientras que el año 2007 había 1.277 mujeres por 1.009 hombres. Como se puede comprobar, la inmigració femenina es más alta que la masculina.

«En los casos de China y Marruecos, la migración femenina es subsidiaria en la masculina», expresaba Belzunegui. Son muchos pocos los casos en los que una mujer marroquí llega a la ciudad sola, tal como pasa con las mujeres chinas, un hecho que sí sucede con nacionalidades como la colombiana, la argentina o la boliviana.

Según pronosticaba Belzunegui, el flujo migratorio desde Marruecos y China se reducirá en los próximos años, en comparación con el aumento que se vivió durante la primera década de este siglo.

Los latinoamericanos se marchan

Otra de las cifras impactantes es la reducción, a la mitad, de la población argentina en Tarragona en una década. El año 2007 había 514 mujeres y 581 hombres, mientras que el año 2017 se contabilizaron 265 mujeres y 242 hombres. También ha disminuido la población colombiana, que ha pasado de 1.277 mujeres y 1.009 hombres en el 2007 a 934 mujeres y 705 hombres el año pasado.

El motivo de este éxodo es lo «impacto» de la crisis económica en este sector de la población, según detallaba el director de la Cátedra de Inclusión Social. Además, Belzunegui aseguraba que «es muy difícil que vuelvan», porque «sus países de origen se están recuperando y el potencial de Cataluña y España se ha frenado en comparación con años anteriores». Eso no pasa, por ejemplo, con la migración de origen rumano, de que llega a la ciudad y se vuelve a marchar con más facilidad que el resto.

Protesta del Movimiento Nacional Rifeny en el consulat marroquí

Varias personas miembros del Comité de Apoyo al Movimiento Nacional Rifeny se concentraron ayer delante de el Consulat del Marroc de la ciudad de Tarragona para protestar por los «abusos» del gobierno marroquí a la población rifenya. Después, cinco miembros de la organización iniciaron una acampada y una de ellas, Omar Ziani, empezó una huelga de hambre.

Las manifestaciones de este movimiento se han repetido en los últimos meses. Empezaron en octubre de 2016 a raíz de la muerte del vendedor de pescado Mohsin Fikri, chafado dentro de un camión de basura en el transcurso de una intervención policial. Desde entonces, denuncia al comité, la respuesta del gobierno marroquí ha sido muy violenta y de un alto nivel de represión, con la militarización de los espacios públicos, el atentado contra los derechos de reunión y de circulación así como la libertad de expresión, y las torturas y violaciones de los derechos humanos de los activistas presos.

La denuncia del Comité ha recibido el apoyo del grupo municipal de la CUP. «La CUP considera muy importante el trabajo de visibilització que hace el Comité de Apoyo a Tarragona, que permite acercar a la mayoría de la población un conflicto que no disfruta de ningún protagonismo a los medios de comunicación generalistas», afirmaban los anticapitalistas, que cargaban también contra las relaciones entre España y Marruecos.