Caritas atiende a más de 18.000 personas en el 2017 en Tarragona

Caritas Diocesana en Tarragona alerta que la pobreza se ha cronificado en plena recuperación económica y que tener un trabajo ya no asegura unas condiciones de vida dignas. En la memoria de 2017, presentada este jueves, han explicado que el año pasado atendieron a 18.058 personas, una cifra casi igual que en el 2016, un hecho que demuestra que la desigualdad se ha cronificado. El director de Caritas en Tarragona, Salvador Grané, ha lamentado que el organismo sigue siendo necesario en un contexto de recuperación económica porque hay familias «atrapadas» en la precariedad, no tanto como resultado de la crisis sino como consecuencia del modelo socioeconómico. Por eso, durante el 2018, se intensificará el programa de adquisición de habilidades y capacidades por la inserción laboral, además de la atención a las personas mayores o a la migración y refugiados. Aparte del llamamiento al compromiso de los ciudadanos, también piden «coherencia» y «sentido de responsabilidad» a los gobiernos: que no haya tanto 'atrezzo' ni pantalla para figurar, cuando en realidad después no lo acaban haciendo,» ha remachado al presidente de Caritas Catalunya, Francesc Roig.

La memoria de Càritas muestra que la recuperación económica no ha afectado por igual a toda la población y que las familias que antes de la crisis sufrían condiciones de vulnerabilidad son las menos favorecidas por el cambio del ciclo económico, ya que siguen sufriendo los efectos de la recesión económica y recortes. Por otra parte, el organismo afirma que hay una realidad de exclusión social que va más allá de la crisis económica y que se debe al modelo socioeconómico vigente. Así, relatan que la recuperación no llega a todas las familias, que la desigualdad se ha convertido en estructural, que el mercado laboral continúa cerrado para muchas personas y que trabajar no asegura unas condiciones de vida dignas.

Roig, presidente saliente de Càritas Tarragona, encargado de presentar la memoria del 2017, ha asegurado que, en un contexto de confirmación de recuperación económica, hay muchas familias en la precariedad que sufren de un déficit en el mercado laboral. «El paro ha bajado, pero hay que prestar atención a la situación de los que trabajan: los contratos no son suficientemente dignos y tampoco las condiciones de vida», ha lamentado Roig, que ha afirmado que «la mayoría de la población no ha percibido la mejora». Así, ha ejemplarizado que puede haber hogares en que el padre no encuentre trabajo, los hijos se mantengan gracias a becas comedor y que se vean obligados a recurrir a Càritas. «Es la vulnerabilidad cronificada», ha dicho.

El perfil que atienden con más frecuencia en Càritas es de mujer, de mediana edad, que vive con pareja y que tiene hijos, bien española o magrebí, con estudios primarios, con posibilidad de trabajar pero sin trabajo y un nivel de ingresos bajo que, básicamente, viene de pensiones no contributivas. La falta de trabajo y los trabajos mal retribuidos se encuentran entre las principales causas de la pobreza actual.

Caritas en Tarragona cuenta con 1.591 voluntarios activos y 38 técnicos contratados. En el 2017, en diferentes proyectos, se han prestado 72.944 atenciones. Se ha atendido repetidamente a 5.628 personas diferentes, que hacen que el total de personas beneficiadas sea de 18.058, ya que forman parte de la misma familia que la persona atendida.

Los objetivos del 2018, presentados por el nuevo presidente, Salvador Grané, se centran en la atención personalizada para escoger un itinerario sociolaboral que permita que la persona pueda encontrar un trabajo digno. Así, se los pone en contacto con empresas que necesitan contratar personal. En total, se han atendido 902 personas en este proyecto durante el 2017, y se intensificará este año.

Bajan las aportaciones solidarias

Finalmente, Caritas hace un llamamiento al compromiso de la ciudadanía. Según han expresado, las aportaciones de solidaridad están disminuyendo este año. Según Roig, el motivo puede ser la percepción que la crisis ya ha pasado y que «no «hay» que ser tan solidarios». En cambio, la cooperación internacional ha aumentado: «no doy al vecino de la esquina y daré donde lo hacía antes de la crisis, en países del tercer mundo o donde las circunstancias son peores que aquí», ha explicado.

En esta línea, Grané ha detallado que «desgraciadamente» Caritas sigue siendo necesaria a pesar del contexto de recuperación económica porque «hay familias atrapadas en la situación de precariedad» a causa del modelo socioeconómico: «son condiciones inherentes al modelo, y no se pueden atribuir sólo a la crisis».