Diari Més

Fernando Gutiérrez organiza el decimosexto viaje solidario al desierto del Sáhara

Se lleva un equipaje con galletas, caramelos, bolígrafos, libretas y ropa para los niños nómadas

Fernando Gutiérrez y dos acompañantes, con una familia nómada durante el viaje del año pasado.

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Fernando Gutiérrez, propietario de la tienda de ropa BlueDenim, iniciará el domingo de la próxima semana una nueva expedición en el desierto del Sáhara marroquí. Será el decimosexto viaje que hará en esta zona del mundo «que me atrapó desde el primer día», comentó a esta redacción. Gutiérrez aprovecha el hecho de que, con su Hammer, se introduce en zonas desérticas donde las gentes que las habitan casi no disponen de productos comunes en el mundo occidental, para obsequiarles con diverso material, especialmente destinado a los niños.

«En un principio, vamos tres personas, para hacer un viaje que, para mí, se ha convertido en una necesidad: en aquellas tierras encontré la felicidad», dijo Gutiérrez, quién visitó el desierto sahariano cuando tenía 49 años «y ahora ya tengo 65, pero cada vez me engancha más».

Lo que más valora Gutiérrez de su experiencia, además de los paisajes que ofrece el desierto y sus noches transparentes, es la posibilidad de ser solidario con personas que disponen de muy pocos recursos, tanto económicos como materiales. «Este año llevo muchas cosas, como dos palés de galletas y de caramelos Sugus, ropa, un millar de bolígrafos, libretas y juguetes, entre otros productos». Todo eso «lo puedo hacer gracias a las empresas y personas que me hacen donaciones de materiales».

La cuenta atrás

Gutiérrez ya cuenta los días que le quedan para dirigirse hacia Almería para embarcarse y tocar tierra africana en Melilla. Después, Nador y un espacio próximo a la frontera con Argelia, para adentrarse en el desierto marroquí. «No llevamos un viaje programado, nos gusta improvisar», dijo, para explicar que, «si vemos una jaima, nos aproximamos, damos cosas a los niños y compartimos experiencias con sus habitantes». En sus viajes siempre ha entrado en contacto con nómadas, «personas que viven con mucho poca cosa».

El desierto es duro y «tenemos que ir con cuidado», exclamó Gutiérrez, aunque, hasta ahora, «hemos tenido suerte y no nos hemos topado con ninguna situación complicada». Hace dos años «se nos estropeó el coche y tuvimos que ser repatriados», añadió.

Gutiérrez ya piensa en el viaje del 2019. Su sueño es entrar en Argelia y visitar la zona de Tindouf, donde, desde hace años, hay un campamento de refugiados del Sáhara Occidental, donde las condiciones de vida son especialmente precarias y difíciles.

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