Los Juegos contarán con el voluntariado de 140 jóvenes, nueve de los cuales refugiados en Cataluña

140 jóvenes voluntarios venidos de 25 países diferentes, entre los cuales hay nueve refugiados acogidos en Cataluña, participarán en los Juegos Mediterráneos de Tarragona. Lo harán a través del proyecto EVSMeGa, cofinanciado por la Comisión Europea con el programa Erasmus+, coordinado por la Asociación Mundus y en colaboración del Ayuntamiento de Tarragona y la Fundación del acontecimiento. Los jóvenes, de entre 17 y 30 años, están recibiendo formación desde hace unos días para estar preparados por el acontecimiento, que empieza en diez días. El programa tiene el objetivo de conectar a la población juvenil de Asia, África y Europa mediante la competición deportiva. Para Oriol Amorós, secretario de Igualdad y Migraciones del Gobierno, el programa muestra «la otra cara del Mediterráneo» y la voluntad de unión, en contraposición a las dificultades de los inmigrantes por llegar a Europa.

Los jóvenes llegaron el 7 de junio y alargarán su estancia hasta el 8 de julio, una vez ya habrán acabado los Juegos Mediterráneos, que arrancan el 22 de junio. Varias autoridades han dado la bienvenida a los jóvenes este lunes desde la sala de plenos de Tarragona. El comisionado de los Juegos, Javier Villamayor, ha afirmado que el acontecimiento deportivo es todo un esfuerzo colectivo y que Tarragona es «una ciudad abierta que está encantada de qué hayáis venido a visitarnos».

Los participantes vienen de Francia, Bulgaria, Reino Unido, Croacia, Italia, Estonia, Austria, Grecia, Argelia, Egipto, Túnez, Líbano, Marruecos, Macedonia, Albania, Montenegro y Turquía. De entre los refugiados que participarán como voluntarios, tres son originarios de Siria, dos de Venezuela, uno de Colombia, uno de Sudán del Sur, uno de Irán y uno de Marruecos.

Armando Orozco es uno de los nueve refugiados que participa en el proyecto. Tiene 19 años, es de Venezuela y llegó con toda su familia a Cataluña hace unos cuatro meses. Ahora, durante un mes, podrá formarse y acercarse a la cultura del Mediterráneo y los deportes. El Armando, que está pendiente de homologar su formación a Venezuela para poder empezar a estudiar marketing y relaciones públicas en Barcelona, ha explicado que el proceso de acogida «es largo» pero que «hay que tener paciencia». En esta línea, ha explicado que se ha apuntado como voluntario al estar muy agradecido con el trato por parte de las instituciones europeas y del país.

Samar es un joven participando del Líbano, que ha explicado que se oye muy honrado de poder participar como voluntario al acontecimiento. Ha afirmado que la participación de jóvenes como él de estos países permitirá mostrar que «podemos viajar por el mundo, que somos gente de paz» y que, por lo tanto, se pueden abrir más las puertas a los refugiados. «Soy del Oriente Medio y estoy aquí, por lo tanto, es posible», ha dicho.

Yolanda Muro, representando de Cooperación de la Generalitat, ha considerado que «no es que el deporte pueda cambiar el mundo», pero sí que puede ayudar a «tejer muchos elementos que facilitan la convivencia». Es esta la idea central del programa, en el que se apunta que el intercambio cultural es fundamental para «construir la paz», y que esta se edifica «con la movilidad de los jóvenes», según Francesc Poch, de la Agencia Catalana de Juventud.

Ferran Tarradellas, director de la representación de la Comisión Europea de Barcelona, ve en el programa una oportunidad de «crear vínculos» en un momento en que es más necesario que nunca. La Comisión Europea cree que la política euromediterránea es clave y por eso es importante enlazar «sur y norte de la mediterránea», no sólo por la migración o refugiados, sino también en cooperación energética, transportes o igualdad. «No encontramos que haya mejor manera que trayendo gente de los dos lados y ponerlos en un acontecimiento deportivo», ha asegurado.

El programa, coordinado por la Asociación Mundus, cubre el coste del viaje de los voluntarios hasta un cierto límite, dependiendo del presupuesto, que varía según la distancia entre el país de origen y Tarragona. Así, los participantes ven cubiertos los gastos de comer, de visados y también de alojamiento. Los jóvenes duermen en el Complejo Educativo de Tarragona. Durante la estancia, aparte de la formación para el acontecimiento, se les mostrará más de cerca la cultura catalana y de las comarcas tarraconenses. Así, ya se les ha adelantado que podrán ver la esencia de los castillos o que tendrán que dar unos pasos para bailar la sardana.