Sucesos
Denuncian a los vigilantes de seguridad de la Estación por agresiones a un joven
Este sábado habrá una concentración a las puertas de la estación de tren para rechazar los hechos
Un joven de 21 años denunció, el martes por la noche, a los vigilantes de la Estación de Tren de Tarragona porque «me golpearon, me tiraron del pelo y me cerraron en un cuarto para apalearme hasta que llegaron los Mossos d'Esquadra», relataba. Por su parte, uno de los vigilantes también denunció al chico por «agresiones leves», según ha podido saber este medio. El trabajador de Renfe no quiso hacer declaraciones, pero la empresa aseguraba que «el joven entró a las instalaciones en bicicleta, sin billete y, al echarlo, se puso agresivo y tuvieron que reducirlo».
G.G.P, de 21 años, entró en la Estación de Tarragona el martes por la noche con su bicicleta. Al verlo, los vigilantes inmediatamente le llamaron la atención. «Bajé de la bicicleta, fui a las escaleras mecánicas y subí hasta el andén 2 para ir hacia Barcelona», explicaba. Una vez allí, volvió a subir a su bicicleta para ir hasta el final del andén. Faltaban 20 minutos para que llegara el tren y tenía la tarjeta mensual en la cartera, por eso, decidió sentarse en un banco.
«De repente, empecé a oír gritos y vinieron hacia mí cuatro o cinco vigilantes. Me cogieron de las extremidades, me pusieron de pie y me arrastraron mientras les decía que pararan, que podía caminar solo», relataba el denunciante. Según informó Renfe a este medio, la actuación de los vigilantes llegó después de que el joven se negara a salir de la estación. «Se puso agresivo y lo tuvieron que reducir», expresaban fuentes de la empresa. G.G.P, sin embargo, lo negaba completamente: «En ningún momento me puse agresivo ni intenté defenderme. Eran muchos y me cogían por todas partes. Me arrastraron mientras me estiraban del pelo y me llevaron hasta las escaleras mecánicas», denunciaba.
Una vez en el paso inferior, el joven explicaba que «empezaron a pegarme patadas». Estuvo en las escaleras cuando, de repente y según relataba G.G.P, uno de los vigilantes se cayó. La empresa informó este medio de que «el joven agredió a uno de los agentes». «Era imposible que golpeara en la cabeza de ellos, tenía miedo y eran cuatro personas», subrayaba.
Después de subir las escaleras y salir al exterior, los agentes de seguridad se habrían llevado al joven hasta un cuarto ubicado junto al bar de la estación. «Es probable que lo llevaran allí para custodiarlo hasta que llegaran los Mossos d'Esquadra», informaba la empresa. El joven detallaba que «mientras me llevaban allí, pedí ayuda a las pocas personas que había en la calle».
Una vez en el interior, donde «no hay cámaras», G.G.P explicaba que «me dieron una patada en la espalda y me caí al suelo». Fue entonces cuando empezaron a darme golpes con la porra. Sobre todo uno de ellos, de pelo canoso», una información que consta en la denuncia.
«Los Mossos d'Esquadra me encontraron con la camiseta rota y la nariz sangrante. Fueron diez minutos muy largos, supliqué que pararan y no lo hacían», relataba el joven, que aseguraba que «me arrancaron los parches que llevaba a la chaqueta, y que tenían consignas antifascistas». G.G.P manifestaba que ha visto los tatuajes que tienen los agentes de seguridad y que «son de extrema derecha, por eso me arrancaron los parches». «No quiero que lo que me ha pasado a mí le pase a alguien más. Son gente peligrosa», acababa diciendo el joven.
Este medio se intentó poner en contacto con el vigilante que denunció al joven por «agresiones leves», pero no quiso hacer declaraciones. Ahora, ambos esperan juicio.
Para este sábado, hay prevista una concentración de rechazo de los hechos delante de la estación de tren de Tarragona a las 19 horas.