«¡Mira mama, hay nocilla!»

Uno de los productos estrella de la tienda ‘Jo també sóc al·lèrgic’ de Tarragona es la nocilla. Es una crema de cacao de sabor similar a las de las grandes marcas, pero no contiene leche, frutos secos ni huevos. Todos estos son productos prohibidos para muchas personas, porque les provocan alergias alimenticias. Lo que, por este motivo, puede ser poco más que una molestia, es más difícil de gestionar cuando quien lo sufre es un niño.

«Hay niños que, con cuatro años, no han probado nunca un pastel comprado, como lo que comen sus amigos cuando hay una fiesta. Es cierto que los padres y abuelos de niños con intolerancias se cuidan mucho de hacerles dulces que puedan comer, pero cuando entran por la puerta y ven lo que tenemos en la tienda... '¡Mira mama, hay nocilla!' gritan». Eso lo explica Eva Pinyol, que con su hermana Esther abrió el negocio ahora hará año y medio. «Mi hijo Carlos tiene intolerancia a la lactosa. La Navidad de cuando tenía tres años, en la escuela hacían cagar el tió. Pero él no podía comer el chocolate que daban, así que con mi hermana cogimos el coche y nos fuimos a Manresa, donde había una tienda de esta franquicia, a comprar chocolatinas de Navidad. De vuelta, Esther, que es dietista, me dijo de montar una tienda igual en Tarragona. Y así lo hicimos», recuerda Eva.

«Las intolerancias son el pan de cada día. A menudo nos viene gente en la tienda que acaba de salir del médico, con el papel en la mano, a preguntarnos qué puede comer», señala Esther. La respuesta la encuentran en las repisas de la tienda. En un lado, tienen alimentos con gluten pero sin algún otro componente, como lactosa, huevo o frutos secos. Al lado, comida ‘gluten free’ apto para personas que sólo tienen esta intolerancia. Y a medida que se va avanzando en la repisa, los alimentos están más despojados de alergenos. Los compradores encuentran desde galletas, chocolate o cereales, hasta pasta, o elaborados con soja. También hay pan y pasteles, que comparten podio en la lista de alimentos ‘estrella’ de la tienda. Incluso disponen de detergente y jabón para el lavavajillas para personas con sensibilidad química múltiple.

Además de solucionar el día a día, en ‘Jo també sóc al·lèrgic’ hacen que las fiestas tradicionales dejen un buen sabor de boca. Ahora por Sant Joan ofrecen cocas aptas para personas con intolerancias, siempre bajo pedido. Y lo mismo pasa por Pascua, Navidad, Sant Jordi, y cualquier fiesta asociada a un dulce. Y para los cumpleaños, también tienen coca de azúcar para llevar a la escuela o golosinas.

«Nos vienen a comprar de Reus, de la Selva del Camp, de lleida, de Vilafranca... incluso hemos hecho envíos a Pontevedra. A veces la gente de fuera nos pregunta si le podemos enviar productos, y a la inversa, gente que quizás ha estado viviendo fuera y ahora ha vuelto, nos pide productos que ha visto fuera del país para que los traigamos», indica Esther. Y‘Jo també sóc al·lèrgic’ está en la calle Vespella número 3 de Tarragona, en el barrio de la Granja.