Los voluntarios de los Juegos, «espíritu de servicio y ganas de hacer tarragonisme»
Tarragona 2018 cuenta con más de 3.000 voluntarios activos que son una pieza clave para el buen funcionamiento del acontecimiento
«Los Juegos son viables si hay deportistas pero no podrían hacerse si no hay voluntarios». Esta contundente afirmación ha sido uno de los mensajes que los más de 3.000 voluntarios han escuchado en sus horas de formación por parte del director de Voluntarios, Transportes y Logística, Gerard Monguió. Y es que lejos de parecer una exageración, el cierto es que los voluntarios juegan en papel clave en la organización de este acontecimiento deportivo, tanto en los meses previos como sobre todo a partir de hoy y durante todos los días de competición.
Las tareas que realizan son de lo más diversas. Ofrecer información a deportistas, miembros de las delegaciones o visitantes, recibir a los participantes y acompañarlos a las sedes de las competiciones o la Villa Mediterránea, atención a los medios de comunicación, participación en las ceremonias de inauguración o clausura son sólo algunos ejemplos de las tareas que harán a lo largo de estos días.
En este sentido, Monguió constata que «el único sistema mediante el cual se puede realizar un acontecimiento de esta magnitud es con voluntarios. Sería económicamente inviable si todo se tuviera que hacer con profesionales remunerados». Además previamente, han dedicado meses a la preparación y aprendizaje de varios aspectos. A nivel teórico, han adquirido conocimientos sobre voluntariado, gestión de personas y gestión de conflictos. A nivel práctico, los voluntarios de Tarragona 2018 han colaborado con entidades del territorio en algunos acontecimientos previos como por ejemplo el Medio Maratón de Tarragona.
Ser voluntario
En la fase de captación, se recibieron más de 8.000 solicitudes, según explica el director de Voluntaris. Esta cifra se redujo hasta las 3.500 personas en una fase intermedia y finalmente serán 3.000 los voluntarios activos que participarán en los Juegos. Esta cifra se ha ido agachando a medida que se han podido establecer las necesidades reales. «Es una cifra muy elevada. Hace falta tener en cuenta que es gente que coge un compromiso firme, que queda firmado, de dedicar ratos de su tiempo personal a los Juegos», puntualiza Gerard Monguió. Y es que Tarragona 2018 es la edición que contará con voluntarios de todas las ediciones de los Juegos Mediterráneos. En esta línea, remarca que «todos los voluntarios son del territorio. Para mí eso es clave, porque es gente que siente los colores de Tarragona».
Cuando se le pregunta qué implica ser voluntario, Monguió destaca dos aspectos. En primer lugar, «ser voluntario supone prestar un servicio y estar dispuesto a ofrecer tu tiempo a los otros». En segundo lugar, «ser voluntario es amar el territorio, querer enseñar la ciudad y el territorio en el resto del mundo, en definitiva, hacer tarragonisme».
Es justamente la combinación de estos dos factores lo que explica la ilusión que sienten los voluntarios de los Juegos. «Es espectacular verlo. La gente está totalmente emocionada, a pesar del alboroto de estas últimas semanas. Por ejemplo, hay 700 voluntarios vinculados a la inauguración que han sacado horas de donde ha hecho falta para poder ensayar y que todo salga perfecto», explica el director de Voluntaris. Y añade: «a pesar de los nervios que todos tenemos, los voluntarios siempre están allí, tienen paciencia, te animan. Su tarea es impagable».
El gran legado de los Juegos
Los voluntarios son una pieza clave de Tarragona 2018 y también se pueden convertir en uno de los pilares del legado de los Juegos. Para Gerard Monguió, la situación ideal sería crear un grupo de voluntarios de futuro que trabajen por la ciudad en acontecimientos puntuales de gran impacto, como el Concurs de Castells. Esta idea, de hecho, no es nueva. Y es que de un grupo de voluntarios de los Juegos Olímpicos Barcelona 92 acabó surgiendo el grupo Voluntarios 2000, uno de los grupos de voluntariado más destacado de la ciudad condal. «El futuro pasa por consolidar el grupo y que este quede en el tiempo. Para conseguirlo, hay que trabajar y depende del territorio aprovechar el potencial, el espíritu y la preparación de estas personas».