Bádminton
La delegación española de badminton se baña de oro y de plata en el Morell
Pablo Abián se cuelga el metal más preciado en categoría masculina, mientras que Beatriz Corrales suma una nueva plata al medallero español
En un día sin la actividad frenética de los últimos, la delegación española estrenó sus medalleros con un oro y una plata en los Juegos Mediterráneos Tarragona 2018.
De hecho, después de la competición del lunes, ya se sabía que España contaría con dos medallas en la modalidad de badminton, y así fue. Tanto Pablo Abián como Beatriz Corrales habían accedido a una final que se disputaba el martes y que finalizó con suerte diferente para los dos atletas.
Pablo Abián consiguió el metal más preciado después de una final vibrante, en la cual derrotó al francés a Maurice Corvee. No fue nada sencilla la consecución de esta medalla de oro, ya que el de Calatayud tuvo que remontar un resultado adverso. El primero siete se lo llevó el francés, por un ajustado 23-21. A partir de aquí, Abián entendió que tenía que jugar más agresivo y ganó el segundo siete por 15 a 21. En el tercero se decidió todo. A pesar de llegar a estar por debajo en el marcador en muchas ocasiones, remontó el deportista español hasta ganar 17-21 y colgarse un oro muy sudado, pero más que merecido.
Abián se sacó la espina de los Juegos Mediterranis de Mersin, donde se colgó en el cuello|garganta una medalla de plata que el martes se bañó en oro. En Mersin 2013 fui plata y me hacía muchísima ilusión alcanzar aquí el oro. Lo he buscado con todas mis fuerzas y, al final, he obtenido la recompensa», manifestó el deportista después del partido.
A sus 33 años, Pablo Abián ha tomado parte en tres Juegos Olímpicos (Pekin, Londres y Río de Janeiro) y consiguió la medalla de oro en los Juegos Europeos de Bakú 2015. Destacó que, en Tarragona, ha realizado «un torneo muy completo, desde el principio he estado mucho concentrado sabiendo que quería luchar por el oro». Aprovechó para recordar que el duelo de semifinales contra el francés Tomo Popov fue «muy complicado, largo y físico». Sobre el futuro más inmediato, destacó que «ahora tenemos el Campeonato del Mundo absoluto y me toca un mes de julio de entrenamientos duros y participar en campeonatos muy exigentes por Asia».
Antes, Beatriz Corrales se adjudicaba una plata. Poco pudo hacer delante de la turca Neslihan Yigit, la cual se llevó el partido en dos sed, ganándolos los dos por los pelos. El primero, 19-21 y, el segundo 21 a 23. La madrileña partía como favorita del torneo, ya que llegaba como número 27 del ranking mundial, mientras que su rival era la número 36. Sin embargo, tuvo que ir a remolque desde el principio y nunca supo encontrarse a gusto sobre la pista.
Después de colgarse la medalla, Corrales manifestó que «me da un poco de rabia haber perdido así, porque todo se ha decidido por pequeños detalles. Tenía ganas, al menos, de jugar el tercero siete, pero no ha podido ser, así que me quedo con una plata agridulce».
«Si mi objetivo es estar en Tokio 2020, necesito entrar en el top-16», argumentó sobre sus objetivos más inmediatos. Sobre Carolina Marín, la número 1 indiscutible en España, dijo que «es la mayor causa que el badminton se esté dando a conocer aquí. Admiro todo lo que ha conseguido. Ojalá hubiera foco para todas, pero es lógico que ella centre toda la atención, ya que se lo merece».
Corrales también es consciente de la gran generación que viene por detrás empujando, como Clara Azumendi que, a los 20 años, fue medalla de bronce en los Juegos de Baku 2015 y, un año después, ganó en Bulgaria su primer torneo internacional, lo único de su carrera.