De Siria a Tarragona: Juegos Mediterráneos que claman por la paz

De Damasco a Tarragona. Una pequeña delegación de atletas sirios -31- han podido participar en 11 disciplinas en los XVIII Juegos Mediterráneos. Es la edición que el alcalde de la ciudad, Josep Fèlix Ballesteros, querría que fuera recordada como la de los juegos de la paz. Precisamente este concepto, conjuntamente con el amor, ya se incluyó en los Juegos que Siria acogió en 1987 en la ciudad de Latàquia. «Esperamos que esta sea la filosofía y la estrategia de todas las naciones para que podamos vivir en paz en todas partes», ha defendido en una entrevista en el ACN el jefe de misión de la delegación siria, Mohammad Harba. Hasta ahora, Siria ha conseguido cinco medallas: una de oro, en salto de altura; una de plata, en levantamiento de pesas; y tres de bronce, en boxeo, levantamiento de pesas y lucha.

Los atletas sirios compiten en atletismo, badminton, boxeo, ciclismo, hípica, judo, kárate, triatlón, levantamiento de pesas, lucha y tiro olímpico. Debido a la situación en el país, que arrastra la guerra civil desde hace más de siete años, la delegación siria no ha podido trasladar hasta Tarragona a todos los deportistas que le habría gustado. Así, para|por cuestiones económicas, han tenido que reservar otro grupo de atletas, de una treintena de deportistas, para que puedan competer a los Juegos Asiáticos, que se inaugurarán en Indonesia el 18 de agosto y se alargarán hasta el 2 de septiembre.

La vuelta a Siria la tienen programada para el lunes, cuando se acaban las competiciones, aunque admiten que les gustaría poder quedarse durante más tiempo. Con todo, explican que no se han desplazado a Tarragona «para hacer turismo», y que su única misión ha sido participar en el acontecimiento deportivo. Además de los atletas, hay 27 acompañantes más entre entrenadores, directores o jefes de misión, entre otros, que engrosan la delegación hasta las 58 personas.

La delegación siria se aloja, una parte, en los hoteles de Port Aventura, configurados como Villa Mediterránea. La otra mitad duerme en Barcelona, donde pueden llevar a cabo también los entrenamientos y donde compiten en hípica. La experiencia de estos días en Tarragona está siendo muy buena. «Estamos muy contentos de participar en una gran competición como esta, con tres continentes participando, y de ver cómo los españoles nos han recibido tan bien», ha explicado Harba.

A partir de los Juegos, Harba considera que todos los países mediterráneos son conscientes de que a los sirios les gusta y quieren la paz tanto como los deportes y la hermandad entre estados. «Estamos sufriendo la guerra, pero pronto lo superaremos», ha afirmado la cabeza de misión de la delegación siria, que considera que la situación se está calmando.

El papel de Libia y Kosovo

Además de la delegación siria, el acontecimiento también cuenta con la participación de Libia, que, a pesar del conflicto, participa en los Juegos con una treintena de atletas. Con todo, todavía no ha habido ningún deportista de la delegación que haya podido subir al podio de esta XVIII edición, hasta ahora.

Siria y Libia no son los únicos países que se encuentran en unas circunstancias especiales y participando en los Juegos Mediterráneos. Kosovo, estado que España siempre ha rechazado reconocer, participa con 40 atletas que compiten en 12 disciplinas deportivas. El que es el país más nuevo de Europa -proclamó su independencia de Serbia en el 2008- es uno de los integrantes del Comitè Olímpic Internacional. Así, disfrutan del derecho a participar en el acontecimiento en Tarragona. Por ahora, Kosovo se ha llevado tres medallas de oro y una de plata, todas en judo –dos de oro y una de plata en judo femenino y otra de oro en masculino.