Militar
Más de 10.000 personas visitan el portaaviones Juan Carlos I en Tarragona
La cola llegaba hasta las Escales Reials y algunos ciudadanos guardaban turno desde las nueve de la mañana
El portaaviones Juan Carlos I, el mayor fuselaje de guerra construido en España, congregó en su parada en Tarragona, a más de 10.000 visitantes a lo largo del fin de semana, según apuntan fuentes del Ministerio de Defensa. Ayer por la mañana, la cola para poder entrar en su interior llegó por momentos en las Escales Reials del Moll de Costa. Las visitas se iniciaban a las 10.30 h de la mañana, pero ya a las 9, eran decenas las personas que esperaban su turno. Algunos ciudadanos llegaron a esperar 45 minutos hasta poder pasar el primer control de acceso que realizaba la Guardia Civil conjuntamente con la Policía Portuaria.
El perfil mayoritario de los visitantes eran familias, con niños pequeños llenos de curiosidad por sumergirse en el interior de un barco militar, y es que este fuselaje de la Armada Española, de 231 metros de eslora, dispone de capacidad para transportar y operar hasta 30 aeronaves. Era un ejemplo de este interés Diego de 6 años, que hacía cola con su tío David Martínez. «Para pasar el rato hemos llevado un juego de cartas. Mientras su madre hace cola yo estoy aquí en la sombra con él», comentaba el tío.
«Hemos podido ver el armamento, la pista de aterrizaje, los aviones y helicópteros, y hacer preguntas a los militares que estaban dentro. Ha estado bien», explicaban Josep Maria y Xavier Morera. Por su parte, Oriol, de 12 años (acompañado de su tía Marta) salía bastante fascinado, ya que consideraba «muy realista» este fuselaje de 380 millones de euros y 5.245 metros cuadrados, si bien ponía un pequeño inconveniente: «Había muchas escaleras, muy empinadas», explicaba. El cierto es que varios visitantes referían la imponente verticalidad de los peldaños dentro del fuselaje.
Más visitantes de fuera en la ciudad
Los restauradores que trabajan en la Marina Port Tàrraco celebraban ayer la presencia del portaaviones en el Moll d'Aragó: «Ha atraído al truismo hasta aquí, sabemos de gente extranjera que está pasando las vacaciones en Salou y ha venido expresamente a Tarragona a ver el portaaviones, sobre todo rusos», puntualizaba el camarero Matías Vargas. La antítesis la ponía la Coordinadora Tarragona Patrimoni de la Pau, quien tildaba el fuselaje de «maquinaria pensada y diseñada para matar, pagada con dinero público». La entidad denunciaba en una concentración, que se trata «de un despilfarro prescindible en un mundo de necesidad de justicia social, no de amenazas militares». La cuarentena de manifestantes mostraron su rechazo al grito de: «Ningún ejército, defiende la paz»!.