«Hemos reivindicado el gran nivel deportivo de los Juegos Mediterráneos»
Villamayor reconoce que ha habido algunos desajustes durante Tarragona 2018, pero se alegra del resultado final después de años de trabajo
—Valóreme qué le han parecido los Juegos Mediterráneos.
—Tenemos que estar satisfechos con el trabajo que hemos hecho y, sobre todo, tengo que realizar una valoración con calma y tranquilidad teniendo en cuenta que los Juegos los organizó la ciudad más pequeña que ha acogido los Juegos desde su nacimiento. Cuando ayer Orán se presentaba en el Nou Estadi como futura organizadora de los Juegos Mediterráneos y podíamos ver que se trataba de una ciudad con 1,2 millones de habitantes, con toda la fuerza económica y humana que eso supone, voces que nosotros tenemos que estar todavía más satisfechos. Hay cosas que se habrían podido hacer mejor, pero en palabras del Comité Internacional, ha sido un éxito a nivel organizativo y están muy satisfechos de cómo se han desarrollado los Juegos Mediterráneos. Tenemos que tener siempre en cuenta las difíciles circunstancias económicas que han atravesado este proyecto, ya que, si comparamos nuestro presupuesto con el de otros Juegos Mediterráneos, estamos hablando aproximadamente de que Tarragona ha gastado la mitad que en anteriores ocasiones. Mención aparte a la tarea que han realizado los voluntarios y destacar también nuestras instalaciones, que son magníficas. También hemos disfrutado de un muy buen nivel deportivo, un récord de países, una buena organización con respecto a atención sanitaria, seguridad... Sí que hubo desajustes, causados por la gran afluencia de deportistas, pero era normal que sucediera.
—¿Si pudiera hacer marcha atrás con todo lo que ha aprendido en los Juegos y volviéramos al día cero, cambiaría alguna cosa de Tarragona 2018?
—Lo más importante es hacer un análisis de las circunstancias y del presupuesto del proyecto y de recordar las numerosas dificultades que nos hemos encontrado a lo largo de todo este tiempo. Teniendo en cuenta todo eso, creo que tenemos que sacar pecho siendo siempre muy humildes. Repito que sí que se habrían podido mejorar algunas cosas, pero nuestra acometida es poder explicarlo al próximo encargado de organizar los Juegos, que es Orán. Se ha hablado mucho de la ausencia de público pero, en muchas competiciones, ha habido una buena respuesta a pesar de haber competiciones en días entre semana y en horarios de mañana, que quizás no ayudaban a que fueran más atractivas. El waterpolo, la natación o el atletismo han disfrutado de una gran afluencia de público y es importante que el Comité Internacional valore el futuro de los Juegos, que será brillante.
—Hablando de la poca afluencia de público, centrémonos en tres puntos. La inauguración, la clausura y la excesiva capacidad del Palau d'Esports.
—El caso del Palau es idéntico al de la piscina o al del estadio de atletismo, que estaban pensados para el día después de los Juegos, el legado de los Juegos. En la inauguración, los cerca de 3.000 representantes de la familia mediterránea no se quedaron durante todo el acontecimiento y, por otra parte, algunas de las delegaciones no asistieron. Algunos de ellos tenían que competir el día siguiente y decidieron no quedarse hasta el final. La clausura tuvo bastante buena pinta.
—¿Hablaron con aquellos que no se quedaron hasta el final de la inauguración?
—Sí que les dijimos que nos habría gustado que se quedaran porque el ambiente habría estado mucho mejor, pero no nos enfadamos porque se marcharan.
—¿Se han sentido atacados durante los Juegos?
—Hemos intentado mantener los Juegos en una posición ajena a muchas situaciones, sobre todo políticas. A nivel mediático, se tiene que respetar el tratamiento que le ha dado cada medio de comunicación.
—¿Les ha ensuciado mucho el hecho que les relacionaran con una presunta agresión sexual porque un deportista de los Juegos podría haber sido implicado o con un atropello con un vehículo que llevaba el logotipo de los Juegos?
—He estado en contacto directo con Joe y con su familia irlandesa, y se marchan mañana hacia su casa. Les hemos ayudado en todo lo que hemos podido y nos hemos puesto al servicio de esta familia, porque vivieron momentos muy complicados. Eso es lo que realmente nos importa. El resto son hechos que no podemos controlar.
—¿Hasta qué punto los voluntarios han sido importantes?
—Han sido el alma de estos Juegos mucho antes del inicio de Tarragona 2018. Se ha presentado gente de todas las edades, de todas las condiciones y de muchos lugares. Tienen que estar muy orgullosos de lo que han conseguido. Casi 8.000 se registraron y unos 3.000 han estado presentes durante estos días de competición. Son el legado humano de los Juegos Mediterráneos.
—Los más escépticos creían que el nivel deportivo de los Juegos sería bajo. ¿Qué les dice?
—Hemos reivindicado el gran nivel deportivo de los Juegos Mediterráneos. Ha habido grandes deportistas en diferentes modalidades deportivas. Nos han felicitado por la villa Mediterránea y nos han asegurado que se han sentido muy bien acogidos.
—¿Cómo se imagina en diez años la Anilla Mediterránea?
—Llena de vida. Viendo a deportistas de mucho nivel que hoy son niños. Me imagino una nueva generación de deportistas de Tarragona y de la provincia que utiliza estas instalaciones para competer a gran nivel.
—¿Qué mantenimiento tendrá la Anilla Mediterránea?
—Se tienen que preservar la zona verde, el lago, las infraestructuras deportivas...
—Deportivamente, ¿Tarragona ha tocado techo o lo mejor todavía está por llegar?
—Creo que el próximo gran acontecimiento en la ciudad gustará. Junto con Granollers, Badalona, Lérida y Castellón, acogeremos el Campeonato del Mundo de balonmano femenino, que se disputará el año 2021. Será espectacular.
—A nivel personal, ¿como acaba estos Juegos Javier Villamayor?
—Con la sensación que he trabajado al 200% durante muchos meses y durante años para darlo todo con honradez y pensante en la ciudad desde la austeridad máxima.
—¿Vacaciones?
—En unos días. Tenemos que descansar un poco para oxigenarse, pensar y descansar.