Encuentran muerto a un famoso luchador rumano que vivía en la indigencia

Un hombre era encontrado ayer sin vida en el interior de una nave abandonada del paseo de la Independencia, junto al río Francolí. Según apuntaban los sintecho que residían con él, se trataría d'A.B., ciudadano rumano de 46 años, un famoso luchador de Muay-thai.

El equipo forense, la comitiva judicial y la unidad de investigación de Mossos d'Esquadra realizaban el levantamiento del cuerpo pocos minutos antes de las cinco de la tarde. Según la investigación preliminar, el hombre, que no presentaba signos de violencia, habría muerto de forma natural, aunque habrá que esperar a la autopsia que a estas alturas los médicos forenses realizan al Instituto de Medicina Legal de Tarragona.

Según apuntaban a Diari Més los sintecho, llevaría muerto desde el domingo, pero no fue hasta este martes cuando fue encontrado sin vida, por uno de sus amigos. La investigación policial en curso confirma que el indigente, de complexión corpulenta, no murió pocos minutos antes de ser encontrado, ya que el cuerpo presentaba evidentes signos de descomposición.

Luchador de Muay -thai de éxito

El hombre murió en un pequeño cuarto oscuro, rodeado de desperdicios, pero no siempre había vivido en la indigencia. Hasta hace no tanto, según explicaba un amigo del difunto, A.B. había sido un conocidísimo luchador de Muay-thai en Rumania, su país. De confirmarse su identidad, el finado había conseguido ser campeón europeo de WKN Champion Kickboxing y subcampeón mundial en el World Wako Championship. Además, en la categoría amateur se convirtió en campeón nacional en seis ocasiones. Las principales luchas que disputó, habitualmente televisadas, suman miles de reproducciones en Youtube. De hecho alguna, fechada en 2009, se acerca a las 100.000 visualizaciones.

Se encontró en la calle, sin nada

La deriva de este exitoso luchador se inició, según explicaba su mejor amigo –visiblemente impactado–, cuándo se separó de su mujer y de su hija. Residían juntos en Tarragona, pero de un día para otro A.B. se encontró en la calle, sin recursos, obligado a refugiarse de las inclemencias y de la dureza de la vida en una nave cerca del río Francolí. Allí, un grupo de sintecho lo acogió como uno más, e intentaba a menudo animarlo, ayudarlo a reanudar, pero según apunta el testigo entrevistado, no lo conseguía.

«No podíamos ayudarlo porque había entrado en una depresión. En los últimos tiempos casi ya no hablaba con nadie, no estaba sociable», exponía. A.B. cayó en el alcoholismo, lo que en opinión de su compañero, «todavía te hunde más». El testigo, a quien le brotaban las lágrimas de los ojos, se lamentaba de no haber podido ayudarlo suficientemente: «Sé que estaba sufriendo, pensaba que algún día se volvería a levantar», explicaba. El amigo y el resto de compañeros, que durante el levantamiento del cuerpo se encontraban visiblemente conmocionados, niegan la posibilidad que A.B., hubiera podido suicidarse, creen, en la línea en que apunta en estos momentos la investigación, que habría muerto de forma natural. Ahora, esperan los resultados de la autopsia de su compañero, aquel que un día fue un famoso luchador.