«Es muy diferente, aquí en Alemania hay más dinero destinado a la investigación»
El joven de 25 años, hijo adoptivo de Salomó, es investigador en el Instituto para la Investigación de la Esclerosis Múltiple en la Universidad de Göttingen
Roger Cugota ha crecido a caballo entre Barcelona y Salomó (Tarragonès). A causa de la precariedad del sector de I+D en España, tuvo que hacer las maletas rumbo a Alemania para seguir investigando, su oficio y al mismo tiempo su gran pasión.
—¿Qué lo llevó, definitivamente, a marcharse a Alemania?
—La falta de un futuro claro a nivel profesional. El no conseguir financiación para mi proyecto de tesis doctoral con el grupo de investigación de Barcelona por parte de entidades públicas y privadas. Estuve pensándolo exactamente un año y medio antes de tomar la decisión de abrirme de miras y quizás marcharme allí donde los pastos se veían más verdes. Por más que uno esté motivado por su trabajo o formación, un salario es necesario para mantenerte y dejar de ser un parásito de tus padres, que con 24 años ya era hora...
—¿Cuál fue la primera impresión que tuvo del país, cuándo llegó?
—Sentía miedo (río). Era un lugar completamente diferente, pero que en realidad no lo parece, porque lógicamente es igual que Cataluña. Los edificios son iguales, la gente es caucásica... Pero yo no entendía el idioma. Fue todo muy extraño, cogí el tren con mi maleta y pensé: «¡Pero qué estoy haciendo!».
—En materia de investigación, ha notado grandes cambios con respecto a nuestra casa?
—La verdad es que en España la investigación es muy precaria en el sentido que, por ejemplo, yo estaba acostumbrado, cuando tenía que comprar cosas por nuestro laboratorio, de mirar cuál era el producto más barato. En alguna ocasión habíamos tenido que dejar de hacer experimentos por la cantidad de dinero que nos representaba. Se tenían que dejar para más adelante. En cambio, aquí ha sido muy diferente. Me decían: «Lo que se necesite se pide». Te das cuenta de que la ciencia avanza más o menos igual en todas partes, pero aquí hay más dinero destinado a investigación. También hay dinero para los estudiantes. Sin duda, Alemania es un buen lugar para estudiar en la universidad.
—¿El carácter alemán es tan serio como parece?
—La relación en el ámbito laboral parece más fría. Los alemanes son mucho de: «En el trabajo se viene a trabajar». Por ejemplo, cuando hace buen tiempo y le comentas a algunos compañeros de hacer una cerveza, te preguntan: «¿Qué estamos celebrando?». Tengo la sensación que necesitan tenerlo todo, siempre, muy programado. Pero he decir que tampoco creo que sea malo eso de tenerlo todo pensándolo bien. Si bien, es verdad que quizás les falta esta espontaneidad que nosotros tenemos normalmente en las relaciones sociales.
—Expliquen se alguna experiencia curiosa que haya vivido en Alemania.
—A ellos les encantan las barbacoas. Una cosa que me sorprendió mucho es que tú te tienes que llevar sólo lo que comerás. Es decir, no hacen eso de compartir las cosas. Por ejemplo, ellos llevan a la barbacoa sus dos salchichas y sus dos panecillos.
—Háblenos de Göttingen, ¿cómo es?
—Es muy bonito, estoy rodeado de naturaleza, hay muchos lagos y mucha vegetación, pero mi ciudad se podría decir que es la universidad, porque la mitad de la población que vive allí, trabaja o estudia en la universidad.