Sanidad
Tarragona pierde médicos: cambian de comunidad, se marchan fuera o se jubilan
Es la segunda provincia del Estado donde más facultativos solicitaron cambiar de región (331), y además, se jubilaron 148 médicos
La provincia de Tarragona sufre una carencia de médicos. La marcha de los facultativos se produce en tres frentes diferentes: los profesionales que, una vez formados y en activo, deciden volver a su comunidad autónoma de origen o marcharse un hospital público que les ofrece mejores condiciones laborales; los médicos que optan por desarrollar su carrera en el extranjero ante la precariedad de los centros catalanes y, finalmente, los facultativos que se jubilan, que en seis años (periodo 2016-2020) serán en total 614 médicos.
En la actualidad, según explica a Diari Més el secretario general del Colegio Oficial de Médicos de Tarragona (COMT), Frederic Mallol, al territorio ya hay carencias de personal en algunas especialidades concretas: a Pediatría, Anestesiología, Traumatología y Ginecología, especialmente. «Actualmente están teniendo problemas en los hospitales y ambulatorios para encontrar médicos que puedan sustituir a los que se jubilan o se van. No hay una reposición natural», expone el doctor Mallol, apuntando algunos de los motivos. «Una de las causas es la precariedad laboral. No es que no haya trabajo, es que a la gente le hacen contratos de una semana, de meses... En algunas ocasiones son contratos temporales donde no saben si los renovarán y eso crea una angustia y no da ninguna estabilidad», explica el médico.
Estas condiciones precarias –después de haber estado formándose entre 10 y 11 años–, llevan a muchos médicos a abandonar la provincia de Tarragona, en la mayoría de ocasiones, rumbo a hospitales o centros públicos de otras comunidades autónomas. «El médico lo que quiere es ir a un sitio donde las condiciones sean atractivas. No hablemos sólo de la parte económica, también del trabajo, la estabilidad, las posibilidades de hacer investigación o de realizar docencia. No todos los sitios cumplen estos requisitos adecuadamente».
331 médicos se marcharon en el 2017
En el último año, hasta 331 facultativos registrados al Colegio de Médicos de Tarragona hicieron las maletas, rumbo a otras provincias, según notifica la Organización Médica Colegial de España. Eso representa un 9,6% de los 3.390 facultativos que pertenecen al colegio profesional de la provincia. Este desmesurado porcentaje sitúa a Tarragona como la segunda provincia del Estado donde, en valores porcentuales, más médicos optan por abandonar su plaza, sólo por detrás de Lleida, que tiene el dudoso honor de liderar la tabla con un 11,5% de salidas. Esta movilidad tan aguda se explica, en parte, por la precariedad, pero también porque la inmensa mayoría de Médicos Internos Residentes (que realizan la última etapa de formación especializándose en una unidad concreta), no son naturales de la provincia. De los 330 médicos residentes que este curso se forman en los hospitales y Centros de Atención Primaria de la demarcación, únicamente 54 (el 16,4%) son tarraconenses, según cifras facilitadas por el COMT. «Como es natural, si un médico es de Tarragona o alrededores, tienes muchas posibilidades que se quede en el centro del territorio, pero si ha venido a formarse expresamente de fuera y, encima, no le haces una oferta atractiva, se marchará», resume Mallol.
Además, según se apunta, en la Facultad de Medicina de Reus de la URV, hay en torno a un 80% de estudiantes que provienen de otras comunidades autónomas, por lo que, llegado el momento de realizar la especialización (MIR) –obligatoria para poder trabajar en cualquier organismo sanitario público por todo el Estado–, muchos optan por volver a su tierra, en caso de tener la nota para entrar en un hospital de su región.
Más recortes, más fuga
La curva de la estadística donde se muestra el número de médicos tarraconenses que solicitaron el certificado Good Standing para poder ejercer a cualquier otro país de la Comunidad Económica Europea, entre 2011 y el último año, coincide a grandes rasgos, con el empeoramiento de las condiciones laborales a causa de los recortes en la sanidad pública. Es un una relación directa que confirma el doctor Mallol, ejemplarizándolo con la presión añadida que han tenido que sufrir los médicos de familia y pediatras de los CAP en los últimos años: «Resulta que se han ido jubilando profesionales y, en algunas ocasiones, estas plazas no se han cubierto. Así que los pacientes de estos médicos se han tenido que sumar a los listados del resto de profesionales que continuaban en activo», desgrana. Así, si el año 2011 fueron nuevo los médicos que solicitaron el certificado para marcharse, en el 2016 la cifra se había multiplicado por seis, llegando a los 57 profesionales que buscaban un trabajo en el extranjero. «A Inglaterra o a Austria te ofrecen un trabajo muy bien remunerado y los médicos están mucho más considerados socialmente», asegura Mallol.
Más de 100 jubilaciones al año
Los jóvenes no quieren quedarse y los grandes que se jubilan, se marchan a centenares, año tras año. Así lo indican las cifras del COMT, que reflejan 138 jubilaciones a lo largo de este 2018, 121 más el próximo año 2019 y hasta 124 en el 2019.
Con el fin de detener esta sangría de facultativos, el secretario general del Colegio de Médicos propone algunas medidas concretas: «Hay que ampliar las plazas para MIR. Si hay carencia, hace falta aumentar el número de estudiantes que tienen que venir y después conseguir que se queden. Es importante que la oferta de plazas cubra al menos las necesidades de los diferentes servicios de cada hospital», razona Mallol.
Y es que resulta destacado que ni el hospital Joan XXIII, ni el Sant Joan de Reus, estén ofreciendo las convocatorias de MIR (una formación remunerada) el número de plazas totales que tienen acreditadas. En el caso del de Tarragona, en el último curso el Ministerio de Sanidad le acreditó 32 plazas, pero el centro del ICS sólo ofreció 26, en el de Reus, de las 16 acreditadas, Sagessa sólo sacó a oferta 13 puestos, según el BOE.