Sociedad
Fiori: «Si las tienen cogidas, tienen que propinar el golpe clave y salir corriendo»
Paco Fiori, cinturón negro de kárate, ha impartido dos sesiones de defensa personal femenina
Paco Fiori, cinturón negro de kárate y profesor en el club de Sinhus Sport, ha organizado esta semana, dos sesiones de formación en defensa personal femenina, en el pabellón municipal de Campclar. «No paramos de ver noticias de abusadores y maltratadores, así que pensamos poner en marcha esta iniciativa», explica el formador. Fiori, quien realizó las clases lunes y el miércoles, esperaba contar con una quincena de alumnos, pero tal fue el interés que despertó la propuesta de que, según asegura, finalmente han sido 74 mujeres, de entre 13 y 48 años, las que han asistido a las clases. «Se trataba sobre todo, de que pudieran ganar seguridad en ellas mismas. Saber como reaccionar, poder decir ‘no’, y punto», resume el cinturón negro, quien enseñó, junto con otros cuatro técnicos del club de kárate de Shinus, cinco técnicas diferentes a lo largo de dos sesiones de tres horas de duración total, a un módico precio de 7,5 euros (5 euros una única clase).
Puntos concretos donde golpear
«Enseñamos los puntos débiles de la persona, donde es necesario golpear, en caso de que haga falta, sobre todo como poder liberarse si las cogen,» relata Fiori, quien advirtió a las participantes que eran técnicas para utilizar sólo «en situaciones límite».
El formador desmontó la idea de que las mujeres tenían que hacer frente al agresor: «Lo primero de todos es còrrer, pedir y pedir auxilio. Les dije que es difícil que se puedan enfrentar a un hombre que haga dos cuerpos del suyo. La idea es que, en caso de que las tengan cogidas, propinen el golpe clave y salgan corriendo», desgrana el profesor. Aunque en el pabellón imperaba el buen ambiente y la complicidad entre maestros y aprendices, Fiori buscó situar, mentalmente, a las mujeres presentes en «situaciones donde verdaderamente se sintieran inquietas». El cinturón negro fue tajante: «Venimos a pasarlo bien, pero hace falta que tenga realismo». Así, las sometió a situaciones de tensión, como gritos o breves inmovilizaciones, a fin de que pudieran sentir la realidad» y notar la sensación de «quedarse en shock ». Para el formador, está en este punto cuando el trabajo resulta efectivo. «Si les sucede alguna vez, entrarán en shock , así que era importante que a la hora de formarse pudieran sentir esta sensación, con el fin de saber reaccionar, que no es nada sencillo», decía.
Una vez en situación, el profesor distribuyó a las mujeres en parejas. Una interpretaba el papel del agresor y la otra tenía que poner en práctica las técnicas que se estaban explicando. «A las que no les acababa de salir, las ayudábamos, nos poníamos con ellas y lo repetíamos tantas veces como fuera necesario», expresa Fiori. Las alumnas acabaron bastante contentas, de hecho, en Fiori y en su equipo, ya le consultan las próximas fechas para seguir aprendiendo más técnicas de defensa personal. Aunque el profesor no tiene todavía fijadas nuevas sesiones de este tipo, asegura, es posible que vuelva a repetir la experiencia pronto. «Por el alto número de participantes se puede entender que había un interés real», concluye al karateca.