Limpiar la gamberrada de los extintores en el Cèsar August cuesta más de 18.137 euros
La factura final se incrementará todavía más con la sustitución y el arreglo de los destrozos perpetrados con material pirotécnico
Sólo la limpieza del polvo de extintor que tiraron los rufianes que irrumpieron en la escuela Cèsar August la noche de Sant Joan, costará a los tarraconenses 18.137,90 euros. A esta cifra habrá que sumar la sustitución y el arreglo de los numerosos destrozos que llevaron a cabo con los petardos: hicieron estallar material pirotécnico en el interior del ascensor, de una máquina expendedora, de armarios, de una nevera, del aparato de aire acondicionado y arremetieron contra los colchones de hacer gimnasia, por lo cual el montante final superará de largo estos 18.000 euros.
Las empresas que opten a la adjudicación del contrato de limpieza tendrán que eliminar el polvo de los extintores de un elevado número de emplazamientos: «En aulas, pasillos y lavabos de la planta baja, primera planta y segunda planta», se enumera en el pliego de condiciones que el Ayuntamiento ha sacado a licitación.
Plazo máximo de quince días
La compañía que se lleve el contrato, tendrá un plazo máximo de 15 días para eliminar cualquier rastro de este producto químico que ha quedado derramado «en el suelo, en las paredes, en la luminaria, en la parte interior de los cristales y en el mobiliario», se puntualiza en el expediente elaborado por el Instituto Municipal de Educación. Las empresas podrán optar a realizar esta tarea hasta el próximo miércoles 25 de julio.
Los vándalos accedieron al edificio la noche de la verbena de Sant Joan, a través de la parte posterior del recinto, rompiendo uno de los cristales de un aula de educación infantil. Una vez estuvieron en el interior, rompieron puertas y cristales de varias clases y vaciaron uno de los extintores en el aula de psicomotricidad.
Según apuntó el concejal de Ensenyament del Ayuntamiento de Tarragona, Francesc Roca, el suceso se hizo con ánimo de cometer un acto vandálico y no un robo, ya que el personal de la escuela no echó de menos ningún objeto ni aparato. Los profesores y el resto de trabajadores del centro se encontraron la desagradable sorpresa un día más tarde, el lunes 25, cuando reanudaron la actividad después del fin de semana. Aquella misma jornada, la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra acudieron al centro escolar con el fin de recoger las huellas de los responsables de los hechos. Con el fin de realizar un registro y cuantificar los numerosos desperfectos, la compañía de seguros realizó el día 26, un extenso peritaje por todo el recinto.
El concejal de Ensenyament aseguró a este medio que antes de que los alumnos vuelvan a las aulas el próximo mes de septiembre, todo el material estropeado será reemplazado y los diferentes daños producidos en las instalaciones, arreglados.