«Para mucha gente joven, Elefantes es un grupo que acaban de descubrir»

Shuarma es el vocalista y compositor de Elefantes, la banda que actuará en las Barraques del Mamut de la Canonja el próximo sábado, 4 de agosto. El grupo barcelonés presentará La primera luz del día, su último trabajo de una larga trayectoria discográfica con un sonido y personalidad lo bastante conocidos para algunos –la banda se formó el año 96– y que las nuevas generaciones están descubriendo ahora.

— Presentad vuestro último trabajo ‘La primera luz del día’. ¿Qué recibimiento está teniendo?

— Muy buena. Estamos teniendo mucha suerte, es el fruto del trabajo bien hecho. Depende de muchas cosas, pero cuando lo pones todo, que es como nosotros hacemos las cosas, el público lo recibe.

— Empezasteis a finales de los años noventa y después del paro en el 2006 y el retorno de 2013, con la diversidad de generaciones y estilos que hay, ¿os cuesta encontrar el encaje?

— Cuando Elefantes empezó, lo que estaba de moda era una cosa muy diferente de lo que hacíamos nosotros. Con el tiempo –este es el tercer disco de esta segunda temporada– hemos visto pasar muchas formas de hacer. Sin embargo, nosotros hemos seguido haciendo nuestro camino, fieles a nosotros mismos y expresándonos de forma muy natural.

— ¿Cree que, hoy día, resulta más difícil distinguir un grupo del resto?

— Lo es. Hace unos años, podías detectar el sello de nuestro país en muchos grupos. Es cierto que muchos intentaban copiar grupos como The Rolling Stones o Beatles, por ejemplo, pero mantenían aquello que hacía notar que era música hecha en el país. A mí, precisamente, lo que me gusta es cuando detecto estas referencias geográficas, cuando se detecta del lugar de donde vienes. Eso, hoy día, se ha diluido mucho.

— ¿A lo largo de tantos años de carrera, como habéis vivido los cambios en el mercado, en la forma de consumir música, de promocionaros, de estar presentes en las redes sociales?

— Hemos tenido que evolucionar, como todo el mundo. La música está en constante transformación; bien, más que la música, la forma como llega al público. Al principio, la música era algo que se tenía que vivir en un preciso momento, en directo, y después desaparecía. Con las grabaciones y los cambios de formatos –disco, cd, MP3– no ha dejado de cambiar. Pero estamos muy acostumbrados al cambio en el formato y en la forma de promocionarnos. Pero no es lo que más importa, lo que más nos importa es la música que ofrecemos.

— Quizás ahora os tenéis que volver a ganar al público en los directos, haciendo carretera...

— Sí, pero cuál maravilla tocar en directo. Está claro que viajar tanto tiene algo negativo. Pero, a Elefantes, nos gusta mucho subir al directo, porque es cuando la gente acaba de entender los grupos. Además, personalmente, viajar tanto me permite leer todo lo que quiero...

— ¿Habéis compuesto el disco como un todo, con una temática específica o que haga que las canciones tengan un ‘leitmotiv’?

— Se llamaLa primera luz del día porque habla de la posibilidad que tenemos todos, con la llegada de un nuevo día, de escoger. No podemos escoger qué nos pasará, pero sí la actitud con que nos lo tomamos. Cierra el disco Al oscurecer, porque en su totalidad es como el transcurso del día.

— ¿Qué ofreceréis en la Canonja, sólo canciones del último disco o un poco de toda de vuestra trayectoria discográfica?

— Nos centramos en el nuevo disco, pero no lo tocamos en su totalidad. También damos un repaso por otras canciones que la gente quiere escuchar. Es una mezcla: una mirada hacia nuestra carrera, pero también una presentación para aquellos que no nos conocen.

— ¿Qué público os estáis encontrando en los directos?

— Tenemos un público muy diverso, con franjas de edad muy dispares. Te encuentras padres que llevan a sus hijos y gente de sesenta años. Para mucha gente joven, somos un grupo que acaban de descubrir. No nos hemos cerrado a un público y, eso, nos gusta mucho.

— Se llama Shuarma, el grupo Elefantes... ¿Qué conexión tenéis con la India?

— Shuarma es como me han llamadp mis padres desde pequeño y no sé ni por qué. ¡Sin embargo, lo cierto, es que el nombre Elefantes lo escogimos porque sí! Se tiene que confesar que, cuando empezamos a hacer entrevistas, sentimos la necesidad de inventarnos algo más interesado en decir que la palabra nos había gustado y ya está. Así que empezamos a explicar que la música era sagrada para nosotros, como los elefantes en la India, hacíamos el paralelismo (ríe). Y la música es sagrada para nosotros, sin embargo, no era el motivo del nombre. Esta es la verdad...

— Hicisteis lo que se conoce como ‘tirarse el rollo’... Veo que no tenéis ningún problema a decirlo.

— (Ríe) No, ya no. Se tiene que decir que, finalmente, es cierto que después yo mismo tuve una época muy fuerte con la India.