Ángel Huete García. De Reus a Aarhus (Dinamarca)
«La sociedad danesa es muy educada y respetuosa con todo»
Al reusense Ángel Huete, de 25 años, la investigación lo llevó a vivir durante cuatro meses en Dinamarca
— Cómo ha sido su trayectoria profesional hasta ahora?
— Pues diría que he sido muy afortunado hasta ahora. Mi pasión por la lengua y la literatura hicieron que me decantara desde el principio por el grado de Hispánicas en la URV y después hice el master que me especializaba como profesor de español a extranjeros. Nada más acabar, tenía muy claro que quería continuar por el camino de la investigación, de manera que me apunté a hacer el doctorado hace un poco más de un año. Desde entonces, he tenido la oportunidad de poder dedicarme a la docencia de español en el Centro de Estudios Hispánicos de la URV y desarrollar al mismo tiempo mi carrera de investigador.
— Qué motivos lo llevaron a marcharse de casa para ir a vivir en el extranjero?
— La investigación. Decidí hacer una estancia predoctoral en uno de los centros de investigación más importantes en lexicografía en el mundo: el Centro de Lexicografía de la Universidad de Aarhus (Dinamarca). El objetivo era aprender más y profundizar en mis conocimientos teóricos y prácticos sobre la elaboración de nuevos modelos de diccionarios, que no tienen nada que ver con el tipo de diccionario que tiene la mayoría en la cabeza, sino que se trata de herramientas electrónicas que dan apoyo a situaciones bien diversas.
—Fue muy sorprendente el cambio?
—Dinamarca cumplió con mis expectativas pero aun así tuve choques culturales que uno no se espera. Por ejemplo, la sociedad danesa es muy educada y respetuosa con todo, incluso con las normas que permiten la convivencia: allí todo el mundo utiliza la bicicleta para trasladarse y la pueden aparcar en cualquier lugar sin candado mientras están en el trabajo o estudiando sin peligro que a nadie les robe. Además, no acostumbran a atravesar la calle con el semáforo en rojo y siempre bajan de la bici para cruzar. Otra de las cosas que me sorprendió es que tuvieran comidas muy pequeñas durante el día (yo llamaba mucho la atención por querer comer un primer y un segundo plato al mediodía). La comida mayor para ellos es la cena, que la hacen en torno a las 6 de la tarde (de la noche, para ellos).
—Cuáles son los lugares más característicos de su nueva ciudad de acogida?
— Los lugares más característicos para mí son la catedral y centro neurálgico de la ciudad; el museo de arte contemporáneo ARoS; el museo antropológico Moesgaard donde se puede descubrir cómo era la vida de los vikings en la zona mientras se hace un recorrido por varias épocas y culturas; y Den Gamle By (la ciudad vieja) que se encuentra en el mismo centro de Aarhus y es como un museo al aire libre pleno de casas antiguas reales que han trasladado o reconstruido y que provienen de diferentes partes de Dinamarca.
— Ha vivido o le ha pasado algo curioso?
— Una anécdota tiene que ver con un bosque que hay en la ciudad que se llama Risskov. Es un bosque frondoso cerca del mar lleno de plantas de ajo. Entre los daneses de la zona se dice popularmente que fue un español quien llegó allí y plantó una de estas plantas y que, por culpa de eso, hoy día todo el bosque está lleno porque se van expandiendo. No sé de dónde han sacado esta leyenda y si tiene algún fundamento, pero me parece divertida.
—Qué es lo que más echa de menos de casa?
— Aparte de la familia, lo que echaba más de menos de mi casa era el sol (literalmente) y todo lo que comporta a nuestra cultura: hacer el vermú en la plaza Mercadal de Reus o en la rambla de Tarragona con el Balcón del Mediterráneo de fondo... Estaba deseando volver para hacerlo. Allí el sol no existe durante el invierno y, en verano, me dijeron que el año pasado sólo tuvieron durante unos 15 días. Aarhus tiene mar pero durante el invierno se hiela, o sea que tampoco es exactamente lo mismo. Cuándo hace muchos días que no ves el sol se convierte en una necesidad.
—Tiene intención de volver pronto o de momento no?
—Volví hace un mes para pasar las vacaciones de verano aquí. Ahora tengo otros proyectos que me harán viajar de nuevo: el próximo viaje será a Shenzhen (China).