El espíritu festivo de Sant Magí se apodera de las playas

Varios grupos de amigos se han dado cita este miércoles en la playa del Milagro, como ya es tradición, para participar con sus propias embarcaciones de elaboración artesanal, en la alocada Quiniela|Travesía|Traviesa de Trastos, congregando a una setentena de aventureros (14 embarcaciones de adultos y tres infantiles). «De las catorce que han participado, ha habido tres que no han llegado ni en el agua», comentaba divertida Júlia Abelló de l'Agrupament Escolta y Guia Alverna. La familia Cañavete ha participado de esta competición, consistente en ir y volver de la boya sin hundirse con una embarcación realizada por el abuelo, Diego Cañavete, de 80 años, que ha apostado para situar más de una veintena de garrafas de agua llenas de espuma aislante como base para la flotación. «El mando del trasto es una aleta de bucear», explica el hijo. Con menos elaboración, pero con la misma ilusión, se han sumado a la quiniela|travesía|traviesa Lidia Larraña, el Eloi Durán, Mariona Sementé y Diego Montiel, un grupo de jóvenes que minutos antes de la salida todavía acababan de terminar el bote|odre con la siempre resolutiva cinta americana. «Vamos a la aventura, cada año nos decidimos al último momento», comentva risueño Durán. Varios socorristas de Cruz Roja, que este año se ha vuelto a presentar al certamen, se han alzado con la victoria, con su embarcación Pulga Roja.

En la Arrabassada la expectación se ha trasladado del mar a la arena con el 59º concurso de Castillos y Esculturas de Arena organizado por el Club Maginet. Trece grupos, quince niños y dos adultos han dejado volar su ingenio con construcciones de todo tipo. Nicole Doltu, de 9 años, residente en la Selva del Camp, ha hecho una fidedigna reproducción de una tortuga: «Tengo una en casa y las conozco bien», apuntaba a la pequeña. Unos metros más allá, José Maria Teijeiro, armado con todo tipo de instrumental, daba forma a una espectacular fortificación. «Hace unos 35 años que participo en el concurso, pero no me lo preparo, hago lo que me salga en aquel momento», decía al experto, revelando un secreto que puede resultar muy útil a los sacrificados padres que tengan que ayudar a sus hijos a crear castillos. «El secreto es trabajar con mucha agua y que la arena que cojan no lleve basuras para que quede compacto», decía. Paula Llorenç, de 9 años, ha ganado el concurso en la categoría de pequeños y Oscar Sacristán se ha hecho con el premio en la de adultos.