Vecinos de la calle Orosi denuncian peleas, tráfico de drogas y carteristas
Este lunes se produjeron hasta cuatro reyertas, en una de las cuales participaron diez individuos, lo que obligó a intervenir a unos 14 policías
Los vecinos de la calle Orosi, situada entre la estación de Renfe y la calle Apodaca, tienen que convivir con continuas peleas, tráfico de drogas y carteristas, según aseguran varios residentes y comerciantes a este diario. Apuntan que la fuente de todas las problemáticas es una finca abandonada, situada en el número 7 de la misma vía, donde residen, de forma ilegal, numerosas personas. La situación se ha visto agravada en las últimas semanas con la llegada (siempre según fuentes vecinales) de una quincena de individuos más. «Vienen expresamente en temporada estival y se dedican a perseguir turistas para robarles la cartera y sólo hacen que vender vicio», apunta eufemísticamente un comerciante de la calle.
En la última semana, se han sucedido varias reyertas, algunas muy numerosas, entre ellos. «El domingo hubo alguna pelea, pero es que este lunes llegamos a contar hasta cuatro en el mismo día. Una por la mañana, otra en las seis de la tarde y dos más por la noche, primero a las diez y, cuando la policía ya se había marchado, otra a las doce», apuntaba enfadado el mismo tendero. Fue antes de la gran tormenta, llegué a contar hasta 14 policías y unos seis coches patrulla. Volaron sillas y vimos a un hombre en el suelo», explica una vecina del bloque que acoge el bar dónde habitualmente pasan la jornada estas personas. En la pelea habrían participado hasta diez individuos, uno de los cuales gritaba a los agentes que «él siempre estaba en el aeropuerto del Prat trabajando y que todos los policías de allí ya lo conocían», reproducía la residente, que como muchos vecinos, salió al balcón alertada por los gritos provenientes de la vía pública.
«Venden droga en los portales de los edificios de esta calle, tenemos identificadas dos mujeres rumanas que lo hacen habitualmente», explica otra vecina de un bloque próximo a la finca ocupada. «Hay que cortar eso ya, cada día va a peor. Nos sentimos abandonados. Yo tengo miedo, sales a la calle y te sientes vigilada. También me preocupa por mis hijas, aquí se junta todo el peor», asegura contundente otra residente. «Vienen aquí amigos de mi hija y le preguntan que en qué tipo de zona vive. Así es como estamos», añade la mujer.
«Yo estoy aquí desde las siete de la mañana hasta las doce de la noche y veo todo lo que pasa. Cuando esta gente no están en el bar de aquí al lado, están robando carteras. Y lo puedo decir con toda seguridad porque me ha pasado en mi propia tienda. Ves que entran persiguiendo a algún turista y les tienes que gritar para que se marchen inmediatamente», comenta el vendedor, quién asegura que estas personas acostumbran a moverse por la estación de Renfe. En el otro establecimiento consultado, constatan la problemática que se vive en la calle Orosi, pero aseguran que no acostumbran a tener problemas en su tienda con estas personas. «Sí que es cierto que es una zona con problemas y conflictiva, voces en coches de policía por aquí prácticamente cada día», explica la vendedora. «Se pelean entre ellos, todo son problemas relacionados con las drogas y el alcohol», apunta al otro comerciante. «Prácticamente cada día oigo gritos pero ya no hago demasiado caso», explica esta otra residente. «Anoche (anteayer para el lector) no hubo ninguna pelea pero había dos mujeres gritándose», remata a otra vecina.
Varios ciudadanos apuntan que el parque anexo, situado en la calle Pompeu Fabra, delante de el Palau Firal, también es un punto problemático. De hecho, ayer mismo, Mossos y Guardia Urbana tuvieron que realizar una intervención.