Un año del 1-O
El independentismo recuerda, un año después, el referéndum del 1 de octubre
Unas 500 personas reivindican la jornada desde algunos de los institutos de la ciudad donde la Policía Nacional cargó contra los votantes
El independentismo ha conmemorado la celebración del referéndum del 1 de octubre de 2017, un día antes que se cumpla un año de la votación. En Tarragona, medio millar de personas han querido recordar aquella jornada, marcada por las cargas policiales de la Policía Nacional y la Guardia Civil en los colegios electorales. En el Instituto Tarragona, un centenar de agentes antidisturbios provocaron a varios heridos leves, después de impedir por la fuerza la votación y llevarse las urnas.
Òmnium Cultural había convocado a las 11 h. a los vecinos ante los centros educativos que fueron protagonistas el 1 de octubre del año pasado durante el referéndum, suspendido por el Tribunal Constitucional. En el Instituto Sant Pere i Sant Pau, unas 50 personas han colgado lazos amarillos en la puerta y han recordado cómo se desarrolló la jornada. Hasta este centro se desplazaron medio centenar de agentes antidisturbios, acompañados de la policía judicial que, finalmente, retiró las urnas. Carles Vergés, vecino del barrio, recuerda que cuando el dispositivo policial hizo acto de presencia en las puertas del centro, decenas de personas que eran dentro se cerraron en la entrada del recinto. «Hoy conmemoramos la victoria de un pueblo pacífico y democrático», explica Vergés, que asegura que en el centro no pudo votar a nadie. «El 1 de octubre fue una jornada histórica. Representa dignidad, firmeza y coraje,» rememora Carles Javier Gómez, miembro del secretariado de la Asamblea nacional Catalana (ANC) y, entonces, coordinador de la entidad en Tarragona.
Gómez mantiene que durante 45 minutos los vecinos «resistieron». Después, añade, con la colaboración de un grupo de bomberos, negociaron con la policía para que se llevara las urnas a cambio de las cuales no hubiera violencia contra los ciudadanos que se encontraban en el interior.
En el Instituto Tarragona, los policías se llevaron las urnas, después de cargar contra los votantes. Paula Orbanajea recuerda bien aquel día. «Todo el mundo estaba muy nervioso. Vemos las imágenes de Barcelona y cada vez se acercaban más a Tarragona y tenemos más miedo», explica Orbaneja, que intentó ayudar a un hombre mayor mientras un policía, asegura, lo cogía por el cuello. «Otro policía lo vio y me cogió por el pelo. Me golpearon entre cuatro y me lanzaron al patio», recuerda Orbaneja. «No denuncié, porque había casos peores que el mío», explica esta Orbanejo, que describe las cargas policiales posteriores a la Imperial Tarraco. «Era una ratonera. Cargaban contra todo el mundo: personas mayores, jóvenes, tanto les hacía».
Con una pancarta en que se leía «Construimos República», unas 300 personas se han concentrado en la plaza Imperial Tarraco y se han desplazado hasta el Instituto Comte de Rius gritando consignas como «1 de Octubre, ni olvido ni perdón», en repulsa a la actuación policial de aquel día. Ante este centro, Silvia Miquel, ha explicado que fue voluntaria de una mesa electoral. «La policía arrancó los ordenadores de las mesas. Escondimos las urnas en el bosque, porque estábamos seguro que volverían», decía. Pero los agentes ya no volvieron y cerca de un millar de personas, explica Miquel, votaron.
En la pared del centro, escritos en un mural, algunos mensajes reivindicaban la votación. «Nos intentaron sacar las urnas y no lo consiguieron». «Estuve desde las seis de la mañana hasta las diez de la noche. Volvería», se podía leer.