«Me gusta llegar del trabajo y poder apagar el móvil para no hablar con el jefe»
Garcia trabaja como a ingeniera química en Múnic, una ciudad «muy famíliar», donde vive con su pareja y sus dos hijos
—Qué hace a Múnic?
—Soy gestora de proyectos de Linde, una multinacional de gases industriales.
—Cómo acabó en Alemania?
—Primero me marché a Holanda. Tenía 23 años, estudiaba Ingeniería Química e hice un ERASMUS para aprender inglés. Allí hice un doctorado durante cuatro años, en lo que estudiaba la manera de convertir las microalgas, unas células muy pequeñas, en biocombustible renovable. Gracias a este proyecto, Linde me contrató ahora hace cinco años.
—Qué le sorprendió más del país germánico?
—El sur es completamente diferente de Berlín. Aquí, las condiciones para vivir en familia son muy buenas. Las condiciones de maternidad, por ejemplo, están a años luz de las de España. Te dan un año de baja y te pagan el 80% del sueldo. Además, si quieres compartir la baja con el padre tienes 14 meses que te los repartes como quieres.
—Cómo son los alemanes?
—Cuesta más conocerlos. Les gusta mucho seguir las reglas. Si cruzas un semáforo en rojo alguien te parará y te lo dirá.
—Ya se adapta a la comida?
—La dieta alemana tiene mucha patata. Al final cocinas como en casa porque en los supermercados hay de todo.
—Y a los horarios?
—El que más me cuesta es cenar a las 19h., pero te tienes que acostumbrar, porque los niños tienen que llevar el ritmo de sus compañeros.
—Qué edad tienen los hijos?
—Tres años y 11 meses.
—Con qué idiomas le habla?
En castellano. Ahora se ha empezado a interesar por el catalán. De momento, habla perfectamente el castellano, el alemán y el turco, ya que mi marido se de Turquía.
—¿Qué me recomenaria para visitar en Múnic?
—El parque English Garden. Pasa un río, donde se forma una ola, y la gente hace surf. Los Alpes estàn en el lado y puedes ir a esquiar cada fin de semana. También está la plaza Marienplatz y en la cervecería más antigua de la ciudad se puede visitar el escenario desde donde Hitler pronunciaba sus primeros discursos.
—Qué destacaría de la manera de trabajar del país?
—Evidentemente aquí el salario es mucho más alto. En esta zona la gente vive bastante bien, porque hay las industrias más importantes del país.
—Tiene ganas de volver a Tarragona?
—Sí, pero últimamente he mirado trabajos y hay muchas diferencias. Me molesta que no se valore el hecho de tener un doctorado. Tengo amigos que se marcharon de España y hasta que no eliminan el doctorado del currículum no los llaman. En la industria química de Tarragona se mueven cosas, pero buscan un perfil de recien graduado para pagarle un sueldo bajo.
— Se llevaría alguna costumbre de allí hacia Catalunya?
Sí. Cuando la gente llega a casa a las 16h. apaga el móvil y desconecta para que no lo llame su jefe. a Eso se tendría que implantar en España.
— Qué es lo que m´s echa de menos de casa?
Para mí Santa Tecla es muy importante. ¡Mi hija se sabe a todo el Seguici popular de memoria!