Tribunales
La técnico de enfermería Cristina Díaz consigue la invalidez absoluta
La extrabajadora del Hospital Joan XIII todavía mantiene un litigio con una mutua con sede en Tarragona
El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha concedido la invalidez absoluta a Cristina Díaz, técnico de enfermería que trabajaba en el Hospital Joan XXIII cuando fue sometida a una operación de rodilla. Como resultado de la intervención a que fue sometida, Díaz quedó con importantes afectaciones negativas. En su día, Díaz manifestó que fue por causa «de una mala praxis o negligencia» en su tratamiento después de hacerse una torcedura de tobillo. La mutua donde fue atendida ya recibió un expediente sancionador por parte de las autoridades sanitarias de la Generalitat.
Díaz recordó ayer que, el 7 de octubre, «hizo cuatro años que me dejaron coja y, el pasado 12 de junio, tuve que ser intervenida por cuarta vez de la rodilla derecha, en esta ocasión en el Hospital Quirónsalud, por el equipo del doctor Cugat, que también ha intervenido a Pep Guardiola y Marco Márquez». «En esta ocasión, comprobaron que tenía la rodilla destrozada, pero todo fue bien». Hace quince días, Díaz recibió una nueva buena noticia, ya que el TSJC «me comunicó que me había concedido la invalidez absoluta que reclamaba».
La pretensión de Díaz acudiendo a la Justicia era conseguir una incapacidad laboral absoluta, o cosa que es lo mismo, que se reconociera que no está capacitada para realizar ningún tipo de trabajo. La decisión del TSJC le permitirá percibir el 100% de su sueldo.
Hay que recordar que en febrero del 2017 el Departamento de Sanidad impuso una sanción grave de 3.006 euros a la entidad Mutual Mitad Cyclops (MC Mutual), informó a Diari Més el abogado de la enfermera residente en Torreforta, Joan Miquel Moragues.
La resolución, firmada por el entonces conseller de Salud, Antoni Comín, establecía que «la instructora del expediente considera probado que MC Mutual, en su centro de la calle Alguer, realizó la actividad asistencial prestada a la señora Cristina Díaz sin tomar todas las precauciones y controles exigibles a la actividad consistente en qué dejó de utilizar recursos propios o ajenos, de más complejidad o más nivel, para seguir tratando a la señora Díaz, hasta encontrar una posibilidad de mejora como mínimo de los síntomas y signos que la paciente presentaba». «En cambio –añadía–, el centro dio por agotadas las opciones terapéuticas». El calvario de Díaz no ha finalizado, ya que está pendiente del proceso judicial que mantiene con la mutua.