Historia
Ruta por los rincones históricos visigodos de la Tarragona más desconocida
Euric conquistó la ciudad el año 472 y, el 585, Hermenegild murió asesinado por orden de su padre, Leovigild, con quien se enfrentó
El periodo de dominio visigodo en Tarragona es, probablemente, el más desconocido. Ayer, sin embargo, la propuesta del Ayuntamiento Historias Escondidas puso luz las personas que formaron el grupo que siguió las explicaciones de Meritxell Pérez, doctora en Historia Medieval y una de las investigadoras que mejor conoce una fase de Tarragona que empezó el año 472 con la conquista de la ciudad por parte del rey Euric.
El origen de los visigodos era germánico y, todo ser una minoría, consiguieron introducirse en las estructuras de poder de la península. Este pueblo estaba romanizado, hablaba latín y practicaban la religión cristiana. Pérez explicó que «Tarraco fue la primera ciudad romana de la península y la última que cayó». Como sede episcopal, en el periodo visigodo «fue muy importante y Tarraco se mantiene como capital civil y eclesiástica hasta la Edad Media, aunque Barcelona empieza a ser importante para dominar las estructuras fiscales,» explicó la historiadora. En el siglo VI la capital peninsular se establece en Toledo y el resto de capitales provinciales romano «se van diluyendo».
Meritxell Pérez recordó que «en la Tarraco visigoda la ciudad estaba dividida en dos núcleos, un localizar en la Parte Alta y la otra en la zona portuaria». «El resto de la ciudad fue residual y quedó abandonada». En aquellos tiempos, Tarraco era la capital de una provincia que se extendía desde Calahorra a Cartagena.
Fue en el siglo VI cuando los visigodos construyeron su catedral, término que todavía no se utilizaba, ya que este pueblo llegado del centro de Europa se referían en estos espacios religiosos como Santa Jerusalem. Precisamente, en la fachada de la catedral actual ha incrustado un sarcófago de finales del siglo IV con escenas de la curación del paralítico y la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Pérez dijo que «mi teoría es que lo pusieron muchos años después porque en aquel lugar se encontraba la antigua Santa Jerusalem».
El grupo se detuvo en Santa Tecla la Vella, localizada en los jardines de la Catedral, donde antiguamente estuvo el cementerio. «Es el nombre que recibe la antigua catedral visigoda en el siglo XII y, mientras no se acababa el actual, esta fue utilizada para el culto», remarcó Pérez. Actualmente, se conservan l'arrancament de arcos de la antigua catedral visigoda.
El grupo se desplazó hasta la plaza Rovellat, donde hay restos de un pórtico que tiene continuidad en la calle Granada. La teoría de Pérez es que en este espacio hubo un edificio eclesiástico dedicado a Sant Pere, de avocación en iglesias que habían sido arrianes y que fueron reconsagradas. «Pienso que podría ser la entrada al palatino visigodo». En unas excavaciones arqueológicas se encontraron canceles y jarras litúrgicas de época visigoda. La visita finalizó en el Anfiteatro, un lugar emblemático para los primeros cristianos de Tarragona por ser el lugar donde murieron quemados Fructuoso, Eulogi y Auguri.
Hay que destacar que en Tarragona murió asesinato Hermenegild, hijo de Leovigild y hermano de Recared, por orden de su padre, con quien se enfrentó en uno de los muchos conflictos bélicos protagonizados por los reyes visigodos a lo largo de los siglos.