«Es una gran oportunidad para nosotros»

«Es una gran oportunidad para nosotros, tenemos buenos educadores». Bakay Douty es un menor que vive y estudia en el Complex Educatiu de Tarragona. Viene de Guinea, no tiene los estudios obligatorios y ahora se está formando para ser cocinero. Es uno de los cuarenta menores extranjeros no acompañados (MENA) que están alojados en el edificio que tiempo atrás había sido precisamente una residencia de la antigua Universitat Laboral. Están desde el verano y han empezado la formación de un oficio y de idiomas este septiembre. Se trata de un plan piloto que se enmarca en los diversos programas que se ofrecen en centros de nuevas oportunidades de Cataluña, con casi 900 plazas dirigidas a estos jóvenes migrantes, de 16 y 17 años, sin familia.

En Cataluña ya hay más de 3.000 menores extranjeros no acompañados atendidos al sistema de protección, los MENA. Y si sigue la misma tendencia, llegarán 6.000 más el próximo año, según calcula el conseller de Treball, Assumptes Socials i Famílies, Chakir el Homrani. «No son cifras mucho más elevadas respecto de procesos migratorios anteriores, pero sí que hay diferencia con la cifra de menores; y no solamente tenemos que tratar la acogida de emergencia, sino dotarlos de oportunidades», ha afirmado.

Por su parte, el conseller de Ensenyament, Josep Bargalló, ha puesto sobre la mesa la «preocupación» del Gobierno ante esta «constante llegada», pero también ha recordado el trabajo que se hace para hacer frente, como este plano piloto que acoge jóvenes migrantes no acompañados en el Complex Educatiu de Tarragona. Es la primera experiencia en que los MENA se benefician de residencia y de formación en un mismo edificio, aprovechando los múltiples espacios en desuso disponibles en el Complex Educatiu.

Este lunes se ha presentado este plano piloto en el que participan una cuarentena de adolescentes que llegaron solos a Cataluña durante el verano, provenientes del norte y centro de África. Mohamed y Ayman, de Costa de Marfil y Marruecos, también nos explicaban que son muy conscientes de las oportunidades que les ofrece el programa formativo en la antigua Laboral. Están cursando Programas de Formación e Inserción (PFI) en tres ámbitos -jardinería, pintura y cocina- y también hacen castellano, francés y árabe.

Esta experiencia piloto que ha arrancado en Tarragona se extenderá por todo el país. Se ha hecho una reserva específica para los MENA, con 900 plazas, en los centros donde se imparten programas educativos y de inserción laboral a menores que no han superado los estudios obligatorios -la ESO-. «El año pasado 7.000 jóvenes siguieron programas en centros de nuevas oportunidades. Un 80% lo acabó y encontró trabajo, y un 20% de este volumen, siguió formándose», ha dicho el conseller Josep Bargalló.

En paralelo, el Gobierno está reforzando la atención para los extutelados. «Acabamos de modificar un decreto que nos permitirá adaptar estos programas para los extutelados a la nueva realidad y a los nuevos perfiles, y ayudar así a jóvenes que están poco tiempo en el sistema de protección; lo que queremos y hacemos es que nunca nadie quede solo a partir de los 18 años y podamos garantizar un proceso de acompañamiento entre departamentos, y también del tejido local y entidades», ha concluido el conseller Chakir el Homrani.