La apertura de una pescadería reanima la actividad en el Mercado de Torreforta

Claustra Bonachí forma parte de la quinta generación de una familia tarraconense dedicada en venta de pescado. Después de veinticinco años trabajando en el Mercado Central, ingresó en las listas de la oficina de paro. El cierre de la única pescadería que había activa en el Mercado de Torreforta le abrió la posibilidad de hacerse cargo, con el objetivo de «poder llegar a la jubilación», aunque no descarta continuar más años al frente del establecimiento «si las cosas salen bien». Hace un mes levantó la persiana de su parada, un hecho que fue muy bien recibido por el resto de comerciantes que trabajan en un mercado que lucha por sobrevivir.

«Me quedan dos años para la jubilación y he decidido probar suerte», dijo Bonachí a esta redacción. Uno de los objetivos para reflotar el Mercado de Torreforta es que el Ayuntamiento «rebaje el precio de la concesión, cosa que parece podría llegar a inicios del próximo año, con lo cual otras personas se animarían a abrir un puesto».

En el mes que lleva abierto su punto de venta, Claustra hace una primera valoración de su decisión de instalarse en Torreforta. «Los viernes y sábados tengo colas de compradores, incluso vienen clientes que tenía en el Mercado Central, el resto de la semana la cosa no va tan bien, pero tampoco me puedo quejar», comentó Bonachí, quién añadió que «hoy martes –para ayer– está siendo el peor día desde que estoy aquí, porque mucha gente va al mercadet de Tarragona». Bonachí remarcó que «trabajo con precios más económicos que los del Mercado Central».

Mientras atendía a María Cruz, vecina de Torreforta, Bonachí aseguró que «pase lo que pase, como mínimo estaré dos años en esta parada y, de momento, soy optimista». Cruz le comentó que «está muy bien que haya abierto la parada». «Hace 34 años que compro en este mercado y es una buena noticia que haya reabierto la pescadería», decía.

Alba Abril, de la Canonja y de paso por Torreforta, aprovechó para comprar pescado. «No había venido nunca, pero pienso que este mercado está muy bien». También haciendo cola era María José López, residente en Torreforta desde hace 23 años, quién recordó que «en el mercado antiguo había tres pescaderías y muchas tiendas, pero después de la reforma un elevado número empezaron a cerrar». López añadió que «se tienen que dar facilidades para que los vendedores vuelvan a este mercado: aquí, el pescado y todo está muy fresco y ya no tendré que ir a Tarragona».