La misa de la Policía Nacional en Tarragona evidencia la división en la Iglesia a causa del proceso
Un testigo afirma que el mossén de Sant Pau se ha negado a oficiar la misa y ha prohibido el acceso de policías armados con metralletas
La misa que esta mañana se ha celebrado en la parroquia de Sant Pau, en Tarragona, con motivo de su fiesta de la Policía Nacional, ha puesto en evidencia las diferentes tendencias que hay a la Iglesia Católica con respecto al proceso político que vive Cataluña. Desde hace meses, en la zona de las escaleras de la parroquia se reúnen seguidores de la plataforma Rebel·leu-vos contra la injustícia, partidaria de la liberación de los presos políticos catalanes. Precisamente, es por estas escaleras por donde han accedido al interior de la iglesia los representantes de los cuerpos policiales y de la sociedad civil invitados al acto. La calle La Popular ha sido acordonada y vigilada por los Mossos d'Esquadra, mientras que cerca de doscientos congregados se encontraban en el otro lado de las vallas.
A primera hora de la mañana Lluís Pastrana, portavoz del colectivo Rebel·leu-vos contra la injustícia, se ha introducido en la iglesia que después ha acogido la misa dedicada a la Policía Nacional, aprovechando que se hacía un acto religioso. En la salida, Pastrana ha informado de que el cura de Sant Pau, Joan Cañas, «ha echado agentes de la policía armados con metralletas». Cañas «se ha negado a oficiar la misa» y se ha llamado al mosén de Sant Joan, Jordi Figueras, según ha explicado a esta redacción su hermano Jesús, quien ha concelebrado la misa con elpadre rogacionista Mario Buonnano.
Pastrana, que ha sido obligado a dejar la iglesia y ha ido a un patio de la parroquia, desde donde mostraba el cartel que llevaba en las manos a favor de la liberación de los presos políticos, ha afirmado que «me han tenido que arrastrar, porque voluntariamente no estaba dispuesto a salir de la iglesia». Pastrana ha manifestado que «la Iglesia está lejos de Jesús y al lado de Cèsar, y el arzobispo Pujol ha hecho como Pilats y se ha lavado las manos».
Por otra parte, a los concentrados en La Popular no ha gustado la actitud del subdelegado del Gobierno central en Tarragona, Joan Sabaté, quien por espacio de cerca de veinte minutos ha estado a pie de las escaleras de Sant Pau, esperando la llegada de autoridades civiles y militares, siempre dando la espalda a los partidarios de la liberación de los presos políticos, a los que no ha dirigido su mirada en ningún momento.
La concentración ha transcurrido con absoluta normalidad y ha finalidad con el canto de los Segadors, mientras que la comitiva que celebraba la festividad de la Policía Nacional se dirigía hacia el Original, restaurante localizado en el edificio de los colegios oficiales de abogados y farmacéuticos.