Sociedad
Vecinos de la Parte Alta piden que cierre la discoteca Bloomsbury
En una petición, firmada por 132 personas, se quejan de ruido, suciedad y peleas en la calle
Farts de Soroll, la suciedad y las peleas que, dicen, se producen en los alrededores de la calle Major, un grupo de vecinos de la Parte Alta se ha movilizado con el objetivo de cerrar la discoteca Bloomsbury. A través de una petición en la plataforma change.org, que en dos días ha recogido 132 firmas, los vecinos se quejan de que la discoteca no cuenta con un sistema de insonorización de calidad. Elena Apilánez es la impulsora de esta iniciativa. Vive en la calle Abad y su edificio linda con el número 24, donde se ubica este local de noche, que abre de jueves a sábado y acostumbra a cerrar entre las cinco y las seis de la mañana. «Algunas puertas de la discoteca no están debidamente aisladas y, cuando se abre la puerta principal, la música se escucha de manera escandalosa», se queja esta vecina. Hace justo un año, algunos vecinos abrieron un expediente al Ayuntamiento. Las quejas por motivos parecidos han ido llegando durante los últimos meses.
Algunos clientes, explica Apilánez, hacen sus necesidades en la calle. Los vómitos, añade, son frecuentes. Los trabajadores de la discoteca dejan las bolsas de plástico con los residuos que generan las botellas de alcohol en la calle y dejan restos de líquido por las calles. Pasan horas hasta que el camión de basura lo limpia. El pasado sábado de madrugada, algunos vecinos, cansados de esta situación, tiraron agua a las personas que estaban en la calle. La presencia de la Guardia Urbana también es habitual. El pasado octubre una ambulancia acudió a la zona, debido a una pelea. Apilánez justifica su demanda de cerrar «provisionalmente y preventivamente» el local. «Violan nuestro derecho al descanso, la salud y a la intimidad», asegura. Además, señala que los edificios del siglo XVIII, situados al lado, se podrían encontrar en riesgo. En alguno de estos inmuebles han aparecido grietas y el suelo se ha hundido. Los vecinos piden el cierre de la discoteca hasta que el Ayuntamiento y los Servicios Territoriales de la Generalitat puedan evaluar integralmente y con toda independencia «para aclarar si el local puede seguir desarrollando sus actividades en una zona patrimonial» de la ciudad.
15 actuaciones policiales
Entre enero y octubre de 2018, la Guardia Urbana ha realizado 15 actuaciones relacionadas con las molestias de los vecinos, causadas por el volumen de la música o la concentración de gente. En dos ocasiones, los agentes detectaron «posibles irregularidades», aseguran fuentes del Ayuntamiento, cuando comprobaron que la música causaba molestias en la casa de los vecinos.
De momento ninguna asociación vecinal da apoyo explícito a esta propuesta. Apilánez asegura que sí tiene el apoyo de la plataforma Farts de Soroll. El Bloomsbury es casi la única discoteca de la Parte Alta. En la bajada de la Misericòrdia hay un local y, más abajo, en la Rambla Vella, se ubica una de las principales salas de la noche tarraconense.