Ocupación
Erasmus a los 46, una oportunidad para hacer prácticas en el extranjero
El ayuntamiento coordina un programa que ofrece a personas paradas la posibilidad de formarse en empresas internacionales
Miles de jóvenes catalanes estudian cada año una parte de su formación universitaria en el extranjero. Los programas de movilidad, que tienen en el programa Erasmus su máximo exponente, son una práctica muy consolidada entre los jóvenes. Ahora, este programa educativo europeo amplía el número de destinatarios y ofrece la posibilidad de cursar prácticas en un país extranjero a estudiantes sin límite de edad, generalmente para personas en paro.
En Tarragona, el programa Moves On, impulsado por el ayuntamiento, busca «construir esta cultura de movilidad entre sus alumnos», como explica el concejal de Educación y Ocupación, Francesc Roca. «Los institutos y las universidades tienen el concepto Erasmus muy interiorizado», sigue. El ayuntamiento persigue arraigar este concepto entre las personas paradas de la ciudad en un programa que empezó el año pasado.
La Monste Mauri es una de las nueve personas que ha participado en este programa. Se quedó en paro después de 20 años trabajando como administrativa. Buscando trabajo, se chocó con la oportunidad de hacer prácticas en Polonia. «Al principio no hice caso mucho. Pensamientos que eso sólo lo hacen para la gente joven», explica esta mujer de 46 años, que buscaba reciclarse académicamente. Lo consiguió estudiando un certificado de profesionalidad, un documento oficial que acredita una calificación para trabajar. Después de hacer un curso intensivo de inglés de dos meses y unas primeras prácticas en la empresa Ematsa, Amase realizó unas segundas prácticas no remuneradas de un mes en una librería hispana de Breslavia, en el sur de Polonia. Amase, que no había viajado nunca sola, relata su estancia con una sonrisa en los labios. «Ha sido una experiencia maravillosa. Me he sacado muchos miedos», explica. Desde la librería le ofrecieron un contrato, pero Amase ya se había matriculado para estudiar el Grado de Educación Social. «No lo descarto en el futuro», dice. El programa subvenciona el viaje de ida y vuelta, la estancia y un dinero de bolsillo para gastos. «Al final las empresas piden competencias y este programa té las mujer. Es un valor añadido», concluye Roca. «No habría pensado nunca a la vida que tendría una posibilidad como esta. Te hace madurar todavía más y aprendes mucho», observa Amase.
Prácticas para jóvenes
En paralelo, el ayuntamiento también coordina el programa TLN Mobilicat, impulsado por la Generalitat, y que ofrece prácticas de 5 meses al extranjero|en el extranjero a jóvenes de entre 18 y 29 años. El requisito es que estén en el paro y no estén matriculados en ningún estudio. Después de estudiar Psicología, David Fernández, de 26 años, aprovechó este programa para hacer unas prácticas de cinco meses en Malta en una consultoría de RRHH. «A las entrevistas de trabajo valoran mucho la experiencia profesional en el extranjero, explica Fernández. Este programa contempla una beca de entre 500 y 600 euros mensuales. Este año hay cinco plazas para viajar a Pau (Francia). «Esta oportunidad es un regalo», reflexiona Fernández, que el pasado jueves animaba a un grupo de jóvenes interesados. En pocos días, Fernández empezará su nuevo trabajo en una empresa de Barcelona.